Johnny Depp encarna al ladrón más carismático de los años 30

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: EUROPA PRESS
“Ahora es Obama quien asalta a los bancos”, respondió Michael Mann al preguntarle por el Dillinger ‘actual’, capaz de meterse a la gente en el bolsillo tras ‘robar’ a los ricos. “Gracias a Dios tenemos ahora un líder astuto (Obama) capaz ver el espectro entero del problema y el peligro y la disparidad existente entre los muy ricos y los que no tienen nada”.
Depp encarna al ‘enemigo número uno’ de un recién creado FBI en cuyas filas milita Melvin Purvis, agente federal que persiguió a Dillinger sin descanso y que interpreta el actor Christian Bale.
“No me interesan las películas biográficas”, aclaró Michael Mann, quien utilizó el libro ‘Public enemies: America’s greatest crime wave and the birth of the FBI’ de Bryan Burrough para reconstruir la vida del famoso ganster. Dillinger y su banda consiguieron delinquir a sus anchas por Estados Unidos en 1933 y 1934, aprovechando la inexistencia de una estructura federal que tuviese jurisdicción sobre los delitos. La parte ‘romántica’ de la película la pone la francesa Marion Cotillard, ganadora de un Óscar por ‘La Vie en Rose’ (2007), quien mantiene un apasionado romance con el protagonista.

Ahora los malos son los bancos
“No tenemos ningún Dillinger que entre a punta de cañón en los bancos, pero ahora los malos realmente son las grandes corporaciones y los bancos que han manejado muy mal la situación”, explicó el autor de visita en Madrid para presentar la película. Para Michael Mann lo más carismático de Dillinger, frente al amplio espectro de delincuentes y ganster surgidos en la década de los 30 y 40 fue su “apetito por la vida” y su desinterés por el “futuro” y por “preparar un plan para escapar y huir con el dinero”, explicó este director, realizador de títulos memorables como Heat, Collateral o El último mohicano.
En este sentido, aseguró que Dillinger se convirtió en los años 30 en un “fuera de la ley” al estilo de una “gran estrella de rock”, capaz de “manipular a los medios de comunicación” y conseguir que la gente “no le delatara” porque caía bien. “La gente lo pasaba mal por culpa de los banqueros y él era el héroe que entraba a un banco a robar y era capaz de decirle a los ciudadanos que estaban allí que guardaran su cartilla porque él sólo quería el dinero del banco”, señaló Mann.

La revolución del FBI
Y mientras, en aquella época, los medios de comunicación ensalzaban las hazañas de Dillinger, a la vez, “ridiculizaban” al FBI en sus crónicas radiofónicas y titulares”, que en estos momentos comenzaba a surgir como un cuerpo de profesionales al mando de J. Edgar Hoover.
“Hoover revolucionó el FBI y sus técnicas y consiguió que pensaran de otra forma”, reconoció Michael Mann quien, junto a Johnny Depp, visitó la sede del FBI en Quantico, Virginai, y habló en varias ocasiones con Alston Purvis, el hijo de Melvin Purvis. “A pesar de mis prejuicios políticos, hay muchos profesionales trabajando”, agregó. Asimismo, subrayó la gran “dedicación” de Johnny Depp a su papel y su “capacidad para mostrar sus emociones” a pesar de interpretar a un “hombre duro”. En este sentido, Michael Mann declaró que intenta trabajar mucho cada escena hasta conseguir que los actores se sientan cómodos y dominen su papel.
Así trabajó con Depp constantemente con el manejo de todo tipo de armas, su carga, descarga, etc, hasta que la pistola “se convirtiera en una extensión de su mano”, declaró este director conocido por ser excesivamente meticuloso con su trabajo, y quien dedica gran parte de sus horas a investigar y documentarse sobre cada uno de los aspectos que trata en sus films.

Preguntado por los rumores sobre la mala relación entre Michael Mann y Depp, el director aseguró que cuando pides a una actor cosas “muy difíciles” todos los días, es fácil que se desencadene tensión en los rodajes y recordó las palabras que le dijo Depp cuando comentaron estos rumores: “Si todo va como la seda es que la película no es muy buena”.