‘Vendaval y marea. Cuadernos de Tánger’ muestra la inestabilidad del ser humano

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Entrevista con su autor, Pablo Llorente
Aunque de manera extraoficial, el autor Pablo Lorente presentó, en medio de rapsodias y poesías, su nueva obra, inspirada en la imprevisibilidad del carácter humano. El centro San José, que celebraba ayer el festival Noche de Bardos, acogió a cerca de 20 poetas provenientes de diferentes puntos de la provincia. La publicación se compone de 78 poesías, recogidas en cinco capítulos que reciben el nombre de distintos tipos de viento, que hablan acerca de la idealización femenina, del océano o de la pasión amorosa. La recopilación muestra la visión subjetiva que el artista quiere enseñar, ya que no se corresponde con la verdadera realidad.
El Centro San José acogió ayer, además de la celebración de la Noche de Bardos, acto poético-musical, la presentación del tercer libro de poesía de Pablo Llorente, Vendaval y marea. Cuadernos de Tánger, que tuvo lugar dentro del taller de poesía Fernando Borlán de Guadalajara.
Al acto acudieron otros poetas de la Alcarria pertenecientes a dicho taller y del Grupo Literario Omnia, de Alcalá de Henares, y representantes de Versos pintados del Café Gijón, de Madrid.
La publicación recibe este título a causa de uno de los últimos viajes del escritor a Tánger, que le ha transmitido “el impulso” necesario para terminar el libro. Se trata de una metáfora, según su autor, donde el carácter humano se asemeja al viento en la inestabilidad, al igual que ocurre con las mareas, que varían constantemente. “Es como la pasión amorosa, que no sabes cómo irá”, arguye Llorente.
Cinco capítulos, que toman el nombre de distintos tipos de corrientes, componen la obra. El primero de ellos, Levante, alude a la juventud, al despertar, donde su estancia en Tánger ocupa un lugar destacado.
El océano es una constante en la mayoría de sus poemas, “casi todos los capítulos empiezan por el mar”, reconoce Llorente, quien explica que su deseo es transmitir el inevitable cambio que se produce cuando un poeta atraviesa el océano y ve una ciudad “con esa amabilidad, con esas características”, destaca el autor.
Siroco de primavera da título al segundo capítulo, dando protagonismo al cálido viento procedente del Sáhara y que refleja una metáfora de “la idealización del ideal femenino”, y donde el poeta escribe sobre aquello que le gustaría ver, no lo que en realidad percibe.
Vendaval y marea, Naufragio, Ábrego. Historia de amor y De Poniente constituyen el resto de capítulos. Un total de 78 poesías reflejan una pequeña parte de la vida del poeta, “todo lo que me rodea”, explica Llorente.
En Vendaval y marea, se abordan los arquetipos humanos más clásicos, como El Soplón, El Pícaro o el Camaleón, con poemas “muy cortos y apretados”, describe el poeta. La historia de amor se cuenta a través de una serie de estampas y, por último, en De Poniente se aborda la impresión que la muerte ha causado en Llorente, así como el paso del tiempo.
El autor alcarreño reconoce la enorme influencia que juegan sobre su obra los haikus, poemas japoneses, que se refieren “a la alegría que sentimos cuando nos identificamos con la naturaleza”, manifiesta convencido el poeta. De esta manera el agua se encuentra presente constantemente en su poesía, como el poema dedicado al río Henares, llamado Inauguración de la primavera.
Dentro del tipo de escritura que emplea, Llorente explica que utiliza una que califica como “apretada”, donde condensa “mucho en poco”, donde se englobarían los haikus y que es la que más emplea el autor, junto a otra que reproduce el lenguaje normal, “se acerca a la escritura hablada”, indica el poeta.
Vendaval y marea. Cuadernos de Tánger constituye su tercer libro, tras la publicación de Rápida caravana en 2005 y Tiempo cautivo en 2007, también de poesía.
Llorente, quien lleva más de diez años creando poemas, considera que los poetas están dando un paso atrás, en un momento en el que “se están retrayendo y la sociedad los ha aislado”, señala. El poeta lo achaca al empleo de un lenguaje críptico, “complicado”, que impide llegar con claridad a los lectores.
Por su parte, el escritor asegura intentar hacer “todo lo contrario, hablando de todo y con palabras sencillas”, para facilitar la comprensión al lector medio, principal destinatario de sus poemas.
Llorente, fuertemente vinculado a la provincia por su nacimiento, también encuentra otro motivo a causa de su antiguo trabajo en el Patronato de Cultura en el Ayuntamiento durante años, que hace que ahora se sienta “como en casa”, reconoce autor, quien lleva la escritura en la sangre, puesto que ya desde su infancia se vió rodeado por infinidad de libros de poesía.