Gigantes y cabezudos con sabor a historia local

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: B. P. O.
La princesa de Éboli, el Marqués de Santillana y el rey Fernando VI visitaron las calles de la capital ayer y no, no fue gracias a un viaje en el tiempo, sino a la iniciativa de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Guadalajara, encargados de hacer volar la imaginación de pequeños y grandes a través de sus figuras, su música y sus danzas. Durante la mañana de ayer, eligieron los barrios del Alamín, Eras del Canario y Las Lomas para realizar su representación y también ejecutaron el tradicional baile de la Virgen a las puertas de la iglesia de San Francisco, tras la misa solemne. En total, desfilaron 12 gigantes, 14 cabezudos y dos caballitos.
Minutos antes de las 11.00 de la mañana, los integrantes de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Guadalajara, se preparaba para su salida en una de las naves del Fuerte. Las grandes figuras de los gigantes y los cabezudos reposaban, inertes, sobre el suelo, a la espera de recobrar vida para amenizar la mañana a los barrios del Alamín, Eras del Canario y Las Lomas.
Poco después, ya ataviados con los enormes cuerpos, la comparsa inició su camino festivo por las calles de la ciudad entre música, baile y la atenta mirada de grandes y pequeños. La Policía Local se encargó de controlar que su paso no produjera altercados ni a los conductores ni a los propios integrantes o seguidores de la comparsa.
Como cada año, las figuras de la comparsa volvieron a traer a la memoria a los grandes personajes históricos de Guadalajara. Por ejemplo, el Marqués de Santillana, la princesa de Éboli, personajes que han marcado la historia de la tierra; el rey Fernando VI y Constanza de Borgoña, los reyes que reinaron en Castilla en la época de la Reconquista; el rey Alfaraiz, el gobernador moro de Guadalajara en tiempos previos a la reconquista, y la princesa Lima, cuya leyenda cuenta que se le apareció la Virgen de Peña en Brihuega. Los gigantes también representaron a otros personajes que hacen referencia a las últimas colonias españolas en Iberoamérica e, incluso, a los chinos de la Cotilla, en alusión al famoso salón oriental.
Después de su periplo por las calles, la comparsa tomó dirección hasta la iglesia de San Francisco para, hacia las 13.00 horas, una vez terminada la misa, realizar los tradicionales bailes de la Virgen. Los protagonistas de estos bailes soportan “desde los 15 kilos del chino a los casi 35 que pesa el rey”, cuenta Raúl Blanco, el responsable de la Comparsa, quien cuenta que tal peso no es lo más difícil de enfundarse un gigante o un cabezudo, sino “mantener el equilibrio, en cuanto se coge ya se puede bailar y hacer muchas cosas”
La crisis también ha alcanzado a la actividad de esta agrupación festiva. “Antes salíamos para el desfile de los disfraces infantiles, salíamos en el Corpus y en Ferias salíamos el día de la Virgen y luego jueves, viernes, sábado y domingo de Ferias pero la cosa ha ido decayendo y este año sólo saldremos el día de la Virgen y el domingo de Ferias”, relata Blanco.
En la actualidad, la Comparsa está formada por alrededor de 60 personas que ayer se encargaron de sacar a bailar a las calles a 12 gigantes, 14 cabezudos y dos caballitos.