Ciudadano insolidario

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por:
Ortiga
No es cuestión de hacer leña del árbol caído, pero lo cierto es que clama al cielo que un joven de 22 años, seguramente muy capacitado para caminar e, incluso, correr sin dificultad, dada su edad, sea capaz de hacerse con una tarjeta de accesibilidad para conseguir aparcar en los sitios reservados para personas con movilidad reducida. La situación es incívica e insolidaria, por cuanto una persona que tiene la fortuna de no tener problemas de ese tipo no sea capaz de respetar a quienes sí tienen problemas. Además, que el joven ocupara esa plaza de aparcamiento significó que quizá alguien realmente necesitado tuvo que buscar otra plaza, seguramente no tan próxima, para poder dejar su vehículo.
Ya son muchas las trabas diarias que encuentran en su camino, en forma de desniveles insuperables, aceras sin rebajes o accesos demasiado estrechos pero que, además, los propios conciudadanos se conviertan en otro problema más debería hacernos reflexionar a todos. Además, cualquiera puede verse algún día en una situación similar.