Pocas veces un empate fue resultado tan justo

13/11/2010 - 00:00 Laura Díez

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La décima jornada de Liga Asobal enfrentaba a Quabit y Torrevieja en un Palacio Multiusos con cerca de 700 ruidosos aficionados locales. Los alicantinos, con dos puntos más que los alcarreños y con cierta superioridad, venían comandados por Manolo Laguna, técnico muy querido en la capital alcarreña por los dos ascensos que logró para el actual Quabit.
Quabit y Torrevieja firman tablas en un igualado choque
En la cancha se vio a dos equipos que, bastante igualados, cometían errores alternativamente, mientras que los porteros se encargaban de dejar al descubierto carencias ofensivas. Ninguno hizo méritos en exceso –ni tampoco deméritos– como para ganar o perder el encuentro. Al final tablas en el luminoso (27-27), tablas en actitud, en juego y hasta en opiniones de los entrenadores al final del encuentro. En los primeros minutos del choque ya se vislumbraba la que fue la tónica general del encuentro. Ambos equipos alternaban en ocasiones y subían tantos al marcador, pero nunca dejando más ventaja que dos goles. Epeldegui tiraba de los suyos, seguido de Reig y Demovic, mientras que Oliva ponía algo más que su granito de arena para contribuir a la igualdad en el marcador. Los alcarreños se pusieron por delante con el 10-9, pero, al llegar al 12-13, Bolea solicitó tiempo muerto con la intención de reordenar a los suyos. De la Salud volvió a empatar, pero el portero visitante evitó que se ampliara la ventaja en el tiempo de exclusión de Borja, que el Quabit no supo aprovechar. Con el penalti fallado por De la Salud al límite del tiempo de la primera mitad se llegó al descanso, con un 13-14 que dejaba todo totalmente abierto de cara a la segunda parte. La aparente superioridad alicantina no se dejó entrever en el parquet del Multiusos, pero tampoco los alcarreños parecían despegar. Tras el paso por vestuarios, pocos cambios en el juego. Pasados los primeros cinco minutos se vio cómo el Quabit encontraba más huecos en la defensa de Torrevieja, poniéndose con tres tantos de ventaja sobre los visitantes. Fontenla y Reig dieron confianza a los suyos, pero poco tardó David Cuartero, máximo anotador alicantino, en reducir la diferencia y volver a poner las tablas en el marcador. El partido se fue desinflando, sin dueño claro y dejando patente que cualquiera podría llevarse los puntos. A partir del minuto 15, de nuevo los alcarreños lograron ponerse con tres tantos de distancia (24-21), pero una vez más la diferencia se disolvió para volver a empatar a 25, tónica habitual durante todo el choque. En el último minuto, a falta de 30 segundos, Bolea buscó con el tiempo muerto una última jugada para deshacer el empate, igual que su homónimo visitante, que a falta de nueve buscó también su estrategia final. Ni una ni otra surtieron efecto, y el encuentro expiró su tiempo con las tablas en el luminoso. Resultado que complace a todos, pero ya toca pensar en el próximo rival.