Pan para hoy pero hambre para mañana

20/04/2014 - 20:25 Rubén Martínez

 
“Jugando así en el play-off no nos comemos ni un colín”, lamentaba un grupo de hinchas a la salida del Escartín. El Deportivo acababa de solventar a duras penas la compleja papeleta ante el Arroyo con triunfo, pírrico es cierto, pero triunfo al fin y al cabo. El día del Albacete, Prosi falló un penalti con el tiempo casi cumplido dejando volar dos puntos; ayer, un gol en propia de Castaño en el tramo final devolvió esos dos puntitos al conjunto morado. Las gallinas que entran por las que salen.
Es la media aritmética de la suerte y del fútbol, unos día te da y otros te quita. Resulta paradójico como cambian las cosas en un suspiro. Porque con el empate, los de Salvachúa estaban con el agua al cuello, casi fuera de la lucha por la cuarta plaza pero el 1-0 ofrece un nuevo panorama mucho más amable y alentador. Miel sobre hojuelas tras la posterior derrota del Cartagena en San Fernando. Por partes, el Deportivo sigue vivo y eso es lo más importante.

Convendremos en que a estas alturas de la temporada lo que prima es sacar adelante los partidos pero los alcarreños deben hacer autocrítica, están a tiempo. En el derbi ante La Roda y el encuentro ante el Arroyo han aflorado debilidades que deberán subsanar si no quieren tener un paso testimonial y efímero por el play-off de ascenso. Porque allí no se perdonan errores y no se puede jugar el all-in a un gol de Quique o a una jugada afortunada en los últimos compases. Los deportivistas están llegando a esta fase de la temporada fundidos, con la lengua fuera. Es comprensible y más teniendo en cuenta la plaga de lesiones que asola a la plantilla morada, pero es una realidad y un hándicap.

Ante el Arroyo, no hubo el habitual arranque asfixiante de los deportivistas, más bien todo lo contrario. Fueron los extremeños los que salieron a comerse el mundo teniendo una primera ocasión clarísima a los 90 segundos: jugada de Ruano por la izquierda y remate defectuoso de Espinar a escasos centímetros de la línea de gol. No fue ni casual ni aislada esta oportunidad. Le siguieron un remate a la media vuelta de Ruano desde la frontal, un disparo desde media distancia de Santi Polo, una falta directa del propio Ruano repelida por la cruceta o un córner directo de Juanjo. La excesiva permisividad de la zaga local había provocado ocasiones visitantes por doquier. Y entre medias, tan solo un ‘cabezazo’ de Espín en un saque de esquina y un caracoleo de Quique bien tapado por Santi Polo.

Mejor tras el descanso
Tras el paso por los vestuarios, el Depor intentó aumentar sus prestaciones ofensivas. Para ello, Rida y Javi Pérez entraron algo más en juego aunque sin demasiada continuidad que digamos. Y entre bostezo y bostezo, nuevo aviso del cuadro de Pato. Una asistencia formidable de Juanjo dejó a la defensa morada a la altura del betún aunque Espinar mandó el balón lamiendo el poste y hubo tiempo para la redención. Pasaban los minutos y el Depor debía hacérselo mirar. El tren del play-off se escapaba...¿Dónde estaba la ambición de luchar por el ascenso? De nuevo el Arroyo merodeaba el área de Álvaro Campos y de nuevo el destino ofrecía una segunda oportunidad a los de Salvachúa.

Tuvo que ser un actor secundario, Garrido, el que espoleara al cuadro alcarreño y a la alicaída grada con un obús desde 40 metros. A renglón seguido llegó la mejor ocasión local tras una buena internada de Javi López rematada a las nubes por Grasa. Entrando en el último cuarto de hora perdonó de nuevo el Arroyo al no llegar Juanfran al pase de la muerte de Ruano. Y entonces (minuto 85) la suerte se alió con el Guadalajara en un centró Rida rematado hacia su propia portería por Castaño. Él no quería pero vaya si echó un guante al conjunto morado.

A la desesperada, la escuadra de Pato buscó justicia postrera que pudo llegar en un posible penalti reclamado sobre Abel Buades en el alargue. Tras mucho sufrir, lo mejor fue el resultado para un Depor que pese a las dificultades, aún no ha dicho la última palabra.