Más vale pájaro en mano que ciento volando

20/12/2014 - 20:28 Rubén Martínez

 
Habría sido balsámico haber ganado al Castilla en el último partido de 2014 pero no pudo ser. Se había creado una expectación inusitada en Guadalajara para recibir el filial vikingo; todo el mundo quería ver la coronilla de Zidane y la consecuencia fue apabullante: la mejor entrada de la temporada (alrededor de 2.000 personas) en el Escartín. Lástima que no hubiera goles –apenas sí hubo ocasiones– porque el ambiente traía tufillo de Segunda.
En las pocas veces que el cuadro morado se aproximó a la meta de Yáñez retumbaba la grada del estadio alcarreño de modo muy similar a lo vivido hace no demasiado tiempo en la Liga Adelante, por cierto incuestionable meta marcada a fuego tanto para Deportivo como para Castilla. Curiosamente al principio ese peso de la responsabilidad se le notó más al equipo teóricamente más experimentado. Los morados empezaron encogidos; por contra, el cuadro madrileño se hizo con las riendas del medio campo con Llorente y Lucas Torró marcando el compás.
El último Castilla que visitó el Escartín lo hizo con Morata, Jesé y Cheryshev entre otros. Ahora son Burgui, De Tomás o Derik los que mandan en el filial merengue. Faltaba tal vez su mejor hombre, Álvaro Medrán, convocado con el Real Madrid para el Mundialito de Clubes de Marrakech aunque enfrente, el Depor también contaba con la ausencia de uno de sus indiscutibles estiletes Javi López, sustituido por Rubén Arroyo en el once titular.

Dominio alterno
Tras un primer cuarto de hora de dominio merengue con un par de magníficas acciones de Burgui por el costado izquierdo, los de Carlos Pérez Salvachúa salieron de su letargo. Ahora eran los locales los que ostentaban la posesión pero tampoco acertaban a hilvanar cuatro pases seguidos para generar verdaderas ocasiones de peligro.
De hecho, se llegó a la primera media hora sin disparos a puerta en ninguna de las dos filas. De Tomás puso fin al sopor de los cancerberos probando las manos de Kevin y a renglón seguido, un remate de Javi Muñoz fue atajado sin pega alguna por el guardameta balear. Sinceramente, el Depor estaba más pendiente de guardar la ropa que de quitársela al vecino del tendedero. Cerró el telón del primer acto tal vez la ocasión más clara para haber roto el cerocerísmo en un tremendo jugadón de Burgui, que dejó sentado a Moyano dentro del área pero Kevin solventó el primer disparo de Javi Muñoz y el rechace siguiente lanzado a quemarropa por Varela. Con ese gran susto para la parroquia local se llegó al término de los primeros 45 minutos.

Tentativas
Arrancaba la segunda mitad con las espadas en alto y ambos equipos con el cuchillo entre los dientes. Los dos intentaron sorprender al enemigo rápidamente. Un remate de Kevin Lacruz se estrelló en el lateral de la red y enseguida llegó la respuesta del Real Madrid, que perdonó el 0-1 en un remate de puntera de Javi Muñoz, cómo no, al finalizar otro espectacular eslálon de Burgui. Nada por aquí, nada por allá y tregua de nuevo. Decir que el partido estaba siendo táctico habría sido otorgar demasiados méritos a los dos, muy sacrificados en tareas defensivas eso sí, pero erráticos y espesos en el juego de elaboración.En el caso del Depor, casi inéditos en desequilibrio por banda. Y puestos a fallar el árbitro no desentonó en absoluto, tanto que fue el mejor en dicha faceta. Sin resultar determinante ni mucho menos, su actuación y sus decisiones en las pequeñas cosas (faltas, tarjetas...) resultaron poco menos que ridículas.

Pocos cambios
Volviendo a lo interesante –por decir algo– el juego siguió por los mismos derroteros de igualdad e imprecisión. Los minutos pasaban y ni Guadalajara ni Castilla daban con la tecla para abrir la lata. Mucho centro del campo pero habían olvidado el verdadero objetivo del fútbol: violar la portería rival. Además se echó en falta cierto alborozo desde los banquillos pero Salvachúa solo dio entrada a Manzano ya casi sin tiempo y Zidane tampoco se mojó con los cambios. Dos no pelean si uno no quiere.
Llegando a la recta final llegó la habitual intentona de Dani Gómez desde su casa. De Tomás también tuvo la suya para romper el 0-0 y de ahí al final, todos empezaron a pensar en comerse el turrón sin disgustos de último hora. Reparto de puntos y todos contentos. De esta forma el Depor cierra 2014 acumulando un mes sin ganar pero la igualdad del grupo hace que se sitúe a un solo punto del objetivo, la zona de play-off. Por consiguiente, ver el vaso medio vacío o medio lleno será cosa de optimistas o pesimistas o en su defecto, creyentes o agoreros. Cada cual que piense lo que quiera.