Y luchar y luchar y volver a luchar

25/04/2015 - 15:05 Juanjo Ortega


Vamos!”. Grita Javi Parra sin parar de saltar y agitar sus brazos. “¡Vamos!”, le secundan César Montes, Bozalongo, Reig y compañía. La pasión que brota de la pista enciende a la grada que se mete definitivamente en la contienda. Así, con mucha pasión, pero sobre todo, con mucha lucha, logró arrancar el Balonmano Guadalajara un punto que sabe a oro, aunque impida cantar la permanencia de forma matemática. No importa, ya que el objetivo se roza ya con la yema de los dedos y, visto lo acontecido en las últimas semanas, cuesta pensar que los de Montes no arañen más puntos.
Porque los alcarreños no suman puntos, al menos no la mayoría. Los raspan, los van escarbando en los diferentes encuentros que disputan. El último en comprobarlo fue el Balonmano Benidorm, una escuadra que arribó al David Santamaría con el propósito de colarse en Europa, un sueño con visos de hacerse realidad, más si cabe cuando, mediado el primer acto, dominaban en el electrónico con suficiencia (5-10). Pero, pasó el tiempo y los alcarreños resucitaron, no una, sino varias veces. Tanto, que incluso el último lanzamiento sobre la bocina para ganar el partido correspondió a Juanlu Moyano. Curiosamente, otro Moyano, el ex cancerbero del BM Guadalajara y ahora meta del Benidorm, se llevó la primera gran ovación de la noche.
Aplausos de agradecimiento que se tornaron en rabia cuando el veteranísimo portero empezó a detener buena parte de los lanzamientos locales (por encima del 40% en el primer acto). Buena parte de culpa la tuvo la agresiva defensa planteada por los de Fernando Latorre. Un campo de minas que los alcarreños no acertaban a eludir. Como tampoco encontraban la forma de detener a David Jiménez. El y su compañero Cuartero sumaban ya cuatro goles por cabeza poco después de que el reloj superarse el primer cuarto de hora. Entonces llegó el primer tsunami alcarreño. Lanzados por ‘Bombom’ y la brega habitual, los de Montes se metieron de nuevo en la contienda con un parcial de 6-2 que dejaba todo en el aire. Un aire que sopló a favor de los alicantinos tras el segundo acto. De nuevo con Jiménez anotando y a pesar de las exclusiones, Benidorm llevaba la manija y no la soltó ni tan siquiera con la primera bofetada local, vía gol de Pozzer que igualaba la contienda por primera vez (22-22), desde aquel 4-4 prehistórico.
La casi inmediata exclusión de Peciña otorgó un respiro a los visitantes, pero el BM Guadalajara estaba en ebullición. Tanto como para jugar y, al mismo tiempo, encender a la hinchada. Tanto como para forzar la precipitación en el último lanzamiento visitante (a la madera) y disponer de un último ataque. El gol no llegó, pero el empate supo a gloria.