La última recepción de alcaldes de la legislatura

La tradicional recepción de alcaldes, que el año pasado estuvo salpicada por la polémica de la ausencia del PSOE, se celebró en la Casa Palacio y ejerció como anfitriona, obviamente, la presidenta de la Diputación, Ana Guarinos. Junto a ella y al resto de munícipes de Guadalajara estuvieron el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Jesús Labrador; la vicepresidenta primera de las Cortes regionales, Cesárea Arnedo; y el consejero de Sanidad, José Ignacio Echániz. La presidenta de la Diputación reconoció, nuevamente, que el cargo que ostenta es “el más bonito y emotivo, con mucha diferencia, de todos los que he ocupado”. Y lo dijo porque, como aseguró ante los tres centenares de representantes municipales que allí se dieron cita, “la política en Diputación se escribe con mayúsculas y se vive con cercanía”.

Tampoco dudó en reconocer que la institución que preside “es pasado, presente y futuro”, en relación a las voces que pedían su supresión hace no mucho. Respecto al acto que acogía la Casa Palacio, agradeció que contase con la presencia de “representantes de municipios y de entidades de ámbito menor, que sois los que dais sentido a la Diputación, que ha estado y siempre estará al servicio de la provincia”. Actualmente, como insistió, se trata de una institución “imprescindible e insustituible”. Recordó la presidenta en la que fue la última Recepción de Alcaldes de la legislatura, “que desde que tomé posesión he tenido ocasión de compartir los problemas y dificultades que han acompañado a todas las instituciones.

Pero tres años después, gracias a vuestro esfuerzo, sacrificio y confianza, vamos a mejor”. Durante su discurso recordó la celebración del 200 aniversario de la Diputación de Guadalajara. Asimismo, aseguró que en lo que lleva de mandato, “hemos tratado de hacer provincia, de trabajar y devolver ese papel fundamental de servicio público, y quiero haceros partícipes de ello”. Antes de la presidenta hablaron el resto de autoridades invitadas al acto. Primero por tratarse del alcalde de la capital, Antonio Román dio la bienvenida a su ciudad, “que acoge a muchos vecinos de vuestros pueblos que durante el año hacen vida en ella”.

Por ello, invitó a todos los ediles a sentir Guadalajara “como parte vuestra”. Sobre la labor que desempeñan, Román recalcó que todo aquel que ocupa un puesto de responsabilidad “debería pasar por el cargo de alcalde o edil, pues es una labor exigente y dura en la que gestionamos mucho dinero de nuestros vecinos y eso hay que hacerlo con responsabilidad”. También consciente de que la legislatura actual tiene los días contados, reconoció que “muchos decidiréis presentaros a las elecciones, otros no; unos saldréis elegidos, otros no, pero esa es la fuerza de la democracia”. Echániz, por su parte, trasladó a los presentes las felicitaciones y el agradecimiento de la presidenta regional, María Dolores Cospedal, “por la labor que realizáis todos los días del año”. Se trata, a su juicio, de una labor “absolutamente encomiable y cercana al ciudadano”.

En cuanto a los tiempos de “crisis”, el consejero señaló que “lo más esperanzador es que estamos haciendo las cosas bien”, y añadió que “Guadalajara está al frente del crecimiento y la creación de empleo”. Por último, el delegado del Gobierno recordó que los alcaldes de pueblos pequeños “sois también ordenanzas, secretarios, alguaciles, alguien que no tiene vacaciones y además no cobráis por atender a los ciudadanos. Sois, por tanto, el ejemplo de los servidores públicos”. No quiso dejar pasar la oportunidad para apuntar que España es una “nación”, la “más antigua” y “la mejor que hay en el mundo”, en clara referencia al desafío soberanista. Entre las curiosidades del acto se encontraba la protesta, a través de camisetas amarillas, de la Plataforma contra el Fracking. Así, alcaldes de la zona y representantes socialistas como María Antonia Pérez León, vestían las camisetas amarillas con el mensaje de rechazo a esta técnica de extracción de gas.