Ducan Dhu cierra los conciertos de ferias

14/09/2014 - 12:10 Mónica Tovar

Eran cerca de las 23.20 de la noche cuando se apagaban las luces de las pistas de la Fuente de la Niña y aparecía sobre el escenario Mikel Erentxun, que una vez más –como viene ocurriendo a lo largo de este verano– afrontó en solitario el concierto de Ducan Dhu. Su compañero, Diego Vasallo, al que casi al finalizar la actuación dedicó una canción, sigue guardando reposo debido a una dolencia en la espalda.

Con influencias americanas y cierto estilo cow boy, Mikel Erentxun deleitó durante dos horas a los guadalajareños, en su mayoría seguidores del grupo desde sus inicios, y que acudieron a esta cita con la ilusión de revivir momentos de su juventud. Lo consiguió, aunque con ciertos matices, pues algunos achacaban esa falta de ritmo en las canciones míticas como Cien gaviotas, entre otras, que sonó casi al final. Eso sí, la voz era la misma de antaño, y el sonido de cada uno de los instrumentos impecable. Gran repertorio
En su escala alcarreña con la gira El duelo tour live&Mega Spanish Party, el donostiarra desgranó un gran número de canciones de otros tiempos, pero no faltó una de su último disco, El duelo, precisamente, la que da nombre al último trabajo del dúo que salía a la luz el pasado año después de 12 años sin publicar. Cuando llegue el fin fue la presentación de Erentxun sobre el escenario alcarreño, a la que le siguieron A tientas, No dejaría (de quererte), Capricornio y Rozando la eternidad, antes de que llegase uno de los momentos más animados de la noche cuando empezaron a sonar los acordes de En un jardín de rosas, tanto que prácticamente fue el público guadalajareño el que dio el do de pecho interpretando este tema archiconocido.
Poco después llegó otra clásica Una calle de París, en el que los fans volvieron a entregarse, ansiosos de escuchar las canciones de siempre. Tras ella, La Casa azul, No puedo evitar pensar en tí, Palabras sin nombre y En algún lugar parecían cerrar el concierto, pero tan solo fue la primera despedida. Mikel Erentxun se fue y volvió mientras muchos asistentes pedían insistentemente Cien gaviotas y Esos ojos negros, que llegaron después. Con esta última volvió a despedirse. “Nos tenemos que ir pero no por falta de canciones”, decía al público.
Lo cierto es que como confesó poco después tenía ganas de seguir tocando y disfrutando en el escenario con su música, aunque todos sabían que el fin se acercaba. Fue pasada ya la 01.00 horas cuando llegaba el final definitivo con Mundo de cristal, y Erentxun abandonaba el escenario, no sin antes presentar al resto del grupo, hacerse el correspondiente selfie, y moverse cual gogó por el escenario, hasta acabar quitándose la camisa y luciendo torso ante el gran público. Terminaba así el último concierto de ferias de 2014.