Vecinos de Escritores se quejan al PSOE de la situación del barrio

10/10/2014 - 09:47 Redacción

Las personas que residen en unas cien viviendas sociales de alquiler, propiedad de la Junta de Comunidades, en la calle Gustavo Adolfo Bécquer de Guadalajara, en el barrio de Escritores, llevan años quejándose al Gobierno regional porque no cumple con su obligación de mantenimiento y conservación del inmueble, sin obtener ningún tipo de respuesta. En lo que compete al Ayuntamiento de Guadalajara, denuncian que su calle no se limpia casi nunca y que tampoco la policía de barrio aparece, salvo cuando se produce una verdadera emergencia..

El problema de abandono que sufren las casi cien familias que habitan esas viviendas sociales, agravado desde el año 2011, se traduce en que hay personas que no pueden salir a la calle, porque llevan meses e incluso años sin ascensor, en cortes de luz en los portales durante meses, en zonas comunes vandalizadas y en problemas de seguridad y salubridad del edificio, por la falta de puertas y accesos en garajes y portales, sin que la mayoría de las viviendas tengan ni siquiera seguro.
El viceportavoz del Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Guadalajara, Daniel Jiménez, que hoy ha visitado la calle Gustavo Adolfo Bécquer en compañía de algunos de sus vecinos, ha manifestado que “no se puede consentir que esto esté ocurriendo en Guadalajara” y ha recalcado que “el Gobierno de Castilla-La Mancha es propietario del 90% de estas viviendas y, por tanto, el principal responsable de que se cumpla la normativa en materia de mantenimiento, conservación, habitabilidad, seguridad y salubridad”.
En los estatutos de la comunidad de vecinos de estas viviendas figura que la responsabilidad de la Junta de Comunidades es ejercer de administrador, procurar el adecuado mantenimiento de los espacios comunes, cuidar de la normal prestación de todos los servicios comunes o tener aseguradas las viviendas. “Sin embargo, el Gobierno de Cospedal no está cumpliendo con sus obligaciones y cuando los vecinos le han reclamado insistentemente que lo haga, o no les han contestado o les han dicho que paguen ellos los arreglos, cuando se trata de familias sin ingresos o que viven con subsidios de 200 ó 300 euros al mes, que bastante tienen con tratar de llevar todos los días el pan a sus hijos como para que se les obligue a afrontar cosas que son competencia del Gobierno regional”, ha indicado Jiménez. Ante esta situación, el viceportavoz socialista ha pedido al Gobierno de Castilla-La Mancha y al alcalde de Guadalajara que “vengan aquí, hablen con los vecinos, vean lo que significa vivir día a día en estas condiciones y que afronten presupuestariamente las medidas que son de su competencia para que se cumpla la normativa y las familias que aquí residen puedan vivir dignamente”. Testimonios de los vecinos.
Algunos de los vecinos de la calle Gustavo Adolfo Bécquer han hablado de su situación ante los medios de comunicación. Entre ellos, Trinidad Ruiz, que cuida a sus padres ancianos y residentes en esta comunidad de vecinos: “mi madre necesita oxígeno las 24 horas del día y no puede salir de casa porque no hay ascensor, está roto cada dos por tres, y no hay dinero para los arreglos. Quiero que mis padres vivan dignamente y aquí están malviviendo, pese a que ellos tienen todos sus pagos al día y pido que los responsables de estas viviendas se hagan cargo de poner orden, de los arreglos y de hacer que quien no paga, pague para que haya unos servicios mínimos”.
Por su parte, Sebastián Álvarez Maya ha afirmado que es él quien limpia cada dos días, junto con su hija, la calle Gustavo Adolfo Bécquer “porque si no lo hiciéramos nosotros, esto sería un vertedero. Viene una maquinita una vez a la semana y se marcha rápidamente, como si fuera un coche de carreras, y a mí me da vergüenza como está la calle. He tenido que comprar una escoba, me han dado una carretilla para sacar la basura y la comunidad me ha dado una manguera para limpiar todo esto”. El secretario de la asociación de vecinos, Manuel Salvador, ha subrayado que los problemas en estas viviendas, construidas en 1996, se arrastran desde 2008, pero se han visto agravados desde el año 2011 “sin que nadie se haya preocupado de bajar a esta calle para ver la realidad”.