Guadalajara dedica su detalle monumental del mes a la cripta de San Francisco
26/02/2015 - 10:06
Durante el mes de marzo, el detalle monumental del mes estará dedicado a una de las joyas del patrimonio histórico de Guadalajara: la cripta de la iglesia de San Francisco y a su vinculación con la familia Mendoza.
El vínculo que une a la familia Mendoza con la iglesia de San Francisco comenzó a gestarse en el siglo XIV, momento en el que Pedro Hurtado de Mendoza contribuyó a la reconstrucción de la iglesia que los franciscanos tenían en ese enclave y que había sido pasto de las llamas.
Al parecer, Diego Hurtado de Mendoza, su mujer y sus descendientes solicitaron ser enterrados en dicha iglesia, lugar donde reposarían los restos de la mayor parte de la famosa familia Mendoza. Cuentan que la tradición se mantuvo a pesar del paso del tiempo y a comienzos del siglo XVII, Ana de Mendoza, VI Duquesa del Infantado, decidió crear un panteón familiar detrás del tabernáculo. A finales de ese mismo siglo, Juan de Dios de Mendoza y Silva, X Duque del Infantado, emprendió la ardua tarea de crear el panteón que ha llegado hasta nuestros días.
Durante la guerra de la Independencia la cripta fue totalmente saqueada por los franceses, sufriendo numerosos daños. Los restos de los Mendoza fueron trasladados a la Colegiata de Pastrana, pero las urnas fueron mezcladas por lo que es difícil hoy en día saber a qué miembro pertenece cada urna. Lo que sí está acreditado es que entre esos restos se encuentran los de los Mendoza de mayor renombre.
El vínculo que une a la familia Mendoza con la iglesia de San Francisco comenzó a gestarse en el siglo XIV, momento en el que Pedro Hurtado de Mendoza contribuyó a la reconstrucción de la iglesia que los franciscanos tenían en ese enclave y que había sido pasto de las llamas.
Al parecer, Diego Hurtado de Mendoza, su mujer y sus descendientes solicitaron ser enterrados en dicha iglesia, lugar donde reposarían los restos de la mayor parte de la famosa familia Mendoza. Cuentan que la tradición se mantuvo a pesar del paso del tiempo y a comienzos del siglo XVII, Ana de Mendoza, VI Duquesa del Infantado, decidió crear un panteón familiar detrás del tabernáculo. A finales de ese mismo siglo, Juan de Dios de Mendoza y Silva, X Duque del Infantado, emprendió la ardua tarea de crear el panteón que ha llegado hasta nuestros días.
Durante la guerra de la Independencia la cripta fue totalmente saqueada por los franceses, sufriendo numerosos daños. Los restos de los Mendoza fueron trasladados a la Colegiata de Pastrana, pero las urnas fueron mezcladas por lo que es difícil hoy en día saber a qué miembro pertenece cada urna. Lo que sí está acreditado es que entre esos restos se encuentran los de los Mendoza de mayor renombre.