En la tarde de ayer, jueves, la plaza del Ayuntamiento se transformó en un verdadero teatro popular. Una excusa perfecta para reunir a los más mayores para que disfruten, en este caso, de una buena comedia. La obra teatral Balada de los tres inocentes, de Pedro Mario Herrero, hizo saltar más de una carcajada a los cientos de asistentes. La compañía de Teatro Benavente encarnó perfectamente a un pequeño pueblo italiano de antaño. Un cura, un carabinero, un obispo y una pareja que pecan contra el sexto mandamiento, se convirtieron en los protagonistas de esta actividad cultural elaborada para los guadalajareños.
