Veinticinco personas fueron atendidas esta noche por el toro de fuego

A estas cifras hay que añadir, en la madrugada del viernes al sábado, otras trece personas, once en La Carrera y dos en el recinto ferial y otros heridos leves por quemaduras en la primera de las noches de los toros de fuego. as ferias de Guadalajara no serían lo mismo sin los toros de fuego que en la madrugada de los últimos días de las fiestas llenan de luz, chispas y pólvora el recorrido de los encierros de pocas horas después. La verbena de la peña Caracol, en el parque de la Concordia, hace su descanso para que el público pueda correr o contemplar el espectáculo. La emoción por el riesgo, la subida de anedralina, los gritos, las risas nerviosas, las quemaduras de los corredores forman parte de una tradición que se celebra desde hace muchos años en nuestra capital y que congrega cada noche a numerosos participantes. En esta ocasión la cita ha sido doble.

Con el objetivo de dar mayor vida al recinto ferial, los corredores o espectadores han disfrutado de una doble convocatoria. A las 02.30 horas de la mañana, los más atrevidos fueron llamados a correr en la calle Mirador del Balconcillo, entre la calle Salvador Dalí y la glorieta de los Scouts. Tan solo una hora después, como toda la vida, con igual ritual, con los tres cohetes dando el pistoletazo de salida para toros y correpiés, tendría lugar en la calle Capitán Boixeareu Rivera. Pantalones largos, chaquetas, pañuelos tapando la boca y la nariz. Los toros de fuego y los correpiés, pusieron luz en la noche