Derecho a un futuro

27/09/2015 - 23:00 Redacción

 Este verano ha sido muy diferente en los pueblos ribereños. No sólo porque el nivel de Entrepeñas y Buendía es uno de los más bajos y porque en los últimos meses se han sucedido continuos trasvases, sino porque desde hace unos meses la ciudadanía ha empezado a alzar la voz ante la situación en la que se encuentra la cabecera del Tajo. En menos de dos meses han tenido lugar, con la del sábado, tres concentraciones en Sacedón. Empezaron con la constitución de la Plataforma ciudadana de perjudicados por el trasvase Tajo-Segura y han terminado, de momento, con la convocatoria de la Asociación de Municipios Ribereños, realizada en el marco de la propuesta de la Plataforma en Defensa del Tajo, y que ha tenido eco a lo largo de toda la cuenca del Tajo. En torno a un millar de personas clamó en la plaza de Sacedón el sábado contra el trasvase, que era también una llamada de auxilio por su futuro. Ese que ven amenazado, sobre todo, los establecimientos que viven de los embalses, pero que afecta a todos. No solo necesitan agua, sino también inversiones. Quieren una lámina estable y que los gobiernos cumplan los planes de desarrollo que prometieron en su día y que no han llegado. Ha sido un paso más en sus reivindicaciones que, de momento, tienen mucha fuerza y no hay indicios de que se detengan. Esta concentración escenificó además algo que parecía difícil, pero era necesario y no ha sido imposible: la unión de los alcaldes de PP y PSOE. La asociación ribereña en bloque acudió a la convocatoria, aunque, eso sí, cada uno expresando sus reivindicaciones con matices, pero, al fin y al cabo, juntos. La unidad hace la fuerza y solo remando todos en la misma dirección será posible llegar a buen puerto. Al margen de colores políticos, de leyes y planes, y aunque la falta de lluvias haya influido también en el nivel de los embalses, seguro que a nadie le gusta verlos tal y como están este verano, con un 13,7 por ciento de su capacidad y en continuo descenso. Es una señal de que es necesario hacer algo. Tal vez lo que durante los últimos años ha servido ya no sirva o, al menos, no de la misma forma que antes, a lo mejor es necesario cambiarlo, pues está claro que todos los pueblos tienen derecho a tener un futuro. Lo importante es que mientras llegan los tan esperados gestos políticos, la lucha ciudadana sigue en pie y no se ceje en su empeño de seguir reivindicando lo que consideran justo.