De 10 metros de rotonda para 14 políticos

26/10/2013 - 00:00 Pedro Toledo

 
   
 Todo ocurrió, en un pueblo de Andalucía, llamado Alhedín. Como bien podría haber ocurrido en uno de Madrid o quizá, de nuestra más cercana Alcarria. Era un 15 de octubre cualquiera, día de Santa Teresa, como podría haber sido un 6 de abril día de Santa Prudencia. El gasto total para todos los alhedinenses y por ende para todos los españoles, algo más de 92.000 euros. Como bien podrían haber sido 150.000 euros o 600.000 con estatua de diseño. El motivo, en este caso un carro, era lo de menos. La excusa, el esperado momento del corte de la cinta, bajo los acordes del himno nacional: La Inauguración. La Inauguración mayúscula y en mayúsculas,en que en que los políticos se afanan y en este caso literalmente, se amontonan, para salir en la foto, repartiendo sonrisas “profiden” y pensando que si les dejaran, para mayor gloria de todos, terminarían por “colgar en las escuelas su retrato” (Serrat dixit). Tienen que ir de todos los departamentos, de todas las administraciones y de todos los cargos jerárquicos: de Urbanismo, Infraestructuras, Tráfico, Alcaldía, Diputación, Junta, Estado, etc.
 
  Y no pueden ir solos, han de llevar a sus asistentes de cámara y su sequito. No estuve allí, pero he de suponer, que los “catorce de Alhedín”, acudirían también, con su coche oficial, con su chófer, con sus dietas para él, para ellos, para todos. Y después, él, ellos, todos, a rematar la faena con un vinito español y jamón y queso del bueno. Y mientras, el andalucito de a pie,(como bien podría haber sido un madrileñito, un catalancito o un alcarreñito) cuando ve, observa y trata de asimilar tal dislate, suelta un exabrupto. Luego recapacita y piensa. Y pensando se da cuenta que igual planificó mal su vida.Que quizá no mereció la pena tanto estudio sacando una oposición, para casi no llegar a fin de mes con un sueldo congelado. O que para que valen tantas cuentas, para para poder pagar el IVA, cuando se ha dejado los cuernos montando un negocio. O igual, en el peor de los casos, está invocando a la familia para poder cenar, porque se le acabó el paro y esa noche, hubo sopa de sobre y mañana quien sabe, sino será de aire. Que la fuerza os acompañe.