Crónicas de un padawan

05/01/2014 - 23:00 Pedro L.Toledo

Acaba de comenzar este 2014 y lo hace con el habitual conjunto de subidas debajo del brazo. Entre ellas, la que más revuelo ha causado, ha sido sin duda la subida del precio de la electricidad. Por lo que, intentaré asumir el papel de Galadriel, elfa del clan Noldor, que cautivaba a todos con su luz y hermosura. Hago aquí un inciso, para recordar que la también conocida como “Dama de Lothlórien”, fue capaz de prendar al mismísimo Gimli hijo de Gloin. Yo, que no me caracterizo precisamente por mi belleza, intentaré arrojar un halo de luz a la oscuridad eléctrica. Oscuridad que nos ha traído un subida de tan “solo” un 2,3%, después de una no menos oscura subasta y cruce de acusaciones entre gobierno y eléctricas. Y todo por un quítame allá 3.600 millones de euros a sumar a los 30.000 ya existentes en el llamado “agujero del sistema eléctrico”. Sistema este del agujero, que parece ideado por el mismísimo Sauron, (viene de la época de Aznar, que cada uno busque los paralelismos que quiera) para permanecer entre las sombras. Pero que, para no liarnos y por resumirlo, podemos decir que con lo que pagamos por el precio de la electricidad no se cubre el coste de producirla, con lo que se va anotando la diferencia. Es diferencia es “el agujero”, que se pagará cuando el sistema de para ello. Con lo que vemos que el agujero este del sistema, año tras año, nos va hipotecando a todos los españoles. Hipoteca que nos obliga a permanecer atentos ante la presencia de orcos (nada mejor que ver como toma luz Dardo) para caer en la cuenta de que se está tratando de manejar nuestra memoria de manera selectiva.
El objetivo es claro y evidente, que no recordemos, el nombre y la ocupación de la compañía eléctrica, para lo que no sabemos si trabaja o no el “Alcalde-consorte de Madrid”, pero de la que parece ser cobra entre “relaxing cup” unos 200.000 euros al año. Curiosamente es la misma compañía de la que también cobrarían, los dos últimos ex ministros de Economía y Hacienda: Pedro Solbes y Elena Salgado. Ambos del otro lado de la fuerza, pero con el mismo rostro que Don José María (bueno doña Elena sin bigote). En fin, haré un esfuerzo para acordarme de dicha empresa, viendo algún partido de la Liga ACB. Y puestos a esforzarme en la memoria, me vienen a la cabeza las sabias palabras de mi abuelo, que a esto le llamaba la “corriente” y que cada vez que llegaba por su casa el cobrador con los recibos, decía “de pequeño tenía miedo de la oscuridad y ahora lo tengo de la luz”. Que la fuerza os acompañe.