Las circunstancias

01/04/2014 - 23:00 Pedro Villaverde Martínez

Cuando esto escribimos acaba de pasar a la Historia un personaje que hizo mucho por la Democracia que tenemos y que podemos todos añadir disfrutamos. Nadie es perfecto y siempre podemos poner peros a cualquier cosa, evento o personalidad. España ha despedido a uno de sus hijos ilustres e importantes en esta forma de gobierno de la que disfrutamos. Nuestra historia democrática ya va siendo lo suficientemente larga como para poder afirmar que gozamos de una de las formas de gobierno de la que se dice ser la mejor, aunque también tenga sus deficiencias que se podrían criticar y que sin duda son mejorables aunque cueste encontrar cómo y sobre todo llevarlo a la práctica. Hoy no queremos filosofar, porque ni es el momento ni sabríamos cómo hacerlo.
Acaba de fallecer y recibir sepultura Adolfo Suarez al que tocó vivir momentos cruciales y que supo hacerlo con gran acierto… Nosotros con estas breves líneas y nuestro conocimiento pequeño al respecto queremos dejar constancia en esta columna de su buen hacer en y por el gobierno y entendimiento entre todos lo españoles. Creemos que bajo la presión de los tiempos y circunstancias en los que tuvo la responsabilidad lo hizo con bastante acierto y que será la historia, la reciente ya lo está haciendo, la que lo sabrá poner en el sitio que merece su labor como presidente, su talante y el ejemplo que puede ser para quienes tienen y tendrán el quehacer de gobernar a esta nación que todavía necesita mucho para que todos nos sintamos totalmente satisfechos de quienes nos van gobernando.
No sabríamos y menos en este espacio desgranar los logros y aciertos que D. Adolfo Suarez tuvo durante el tiempo que le tocó ejercer de presidente…pero sí que fue un hombre de bien y entregado a la causa. España dentro de la complejidad que supone su diversidad creemos que debe sentirse orgullosa de que hubiera un hombre como don Adolfo Suarez que rigiera sus caminos durante algún tiempo…y nosotros sentimos la obligación de así dejar constancia en esta insignificante columna dentro de la inmensidad de escritura que sobre él se está y seguirá escribiendo en el intento de ponerlo en el lugar que sin duda será muy alto que él y su obra merecen.