Del fin de Internet

04/04/2014 - 23:00 Pedro L.Toledo

Era un sábado y como tantos otros, habíamos quedado con unos amigos a cenar. Teníamos abierto un grupo de WhatsApp, al que dábamos uso para quedar, entre las múltiples chorradas y tonterías que allí poníamos. Era un sábado y como tantos otros, habíamos quedado con unos amigos a cenar. Teníamos abierto un grupo de WhatsApp, al que dábamos uso para quedar, entre las múltiples chorradas y tonterías que allí poníamos. Como no habíamos hecho reserva, una pareja del grupo se pasaría por alguno de nuestros sitios favoritos, intentaría reservar y avisaría por el grupo. Pero de repente, un vuelco al corazón. Miro mi teléfono y veo que no puedo enviar ni recibir WhatsApp. Que extraño, es posible que la wifi se haya ido. Subo las escaleras y reseteo el modem. Nada sigue sin funcionar, con lo que reseteo el móvil con el mismo resultado. Como en mi casa no tengo cobertura 3G, salgo a la calle aunque haga un frío del carajo. Cogida la cobertura, la cosa sigue igual. Vuelvo a casa con los pies tan fríos como el móvil. En ese momento, decidido desinstalar y volver a instalar la aplicación: nada “que si quieres arroz...” Entra mi mujer por la puerta y me observa preocupado. Yo sin embargo, la observo como la solución: ella es de Android yo de iPhone, perdón de iOs. Le pido su móvil y me mira extrañada. Le explico lo que me ocurre y a ella le pasa lo mismo. Con lo que me dirijo al Pc y me conecto a la Web de la aplicación. Busco contactar y mail de soporte técnico. Cuento lo que pasa y espero. Han pasado 25 minutos y parece que es un mundo. De repente, veo que en Twitter todo el mundo habla de lo mismo “WhatsApp se ha caído”.
Respiro, por un lado tranquilidad y alivio: no soy el único. Por otro lado me pregunto ¿Qué hacemos ahora? Tenemos la cena pendiente de la hora y el sitio. Mi hija mayor me va mandar un mensajito para que la recoja antes. La pequeña está en un cumple y le pasa lo mismo. Nos hemos hecho tan dependientes de esta aplicación, que perderla nos aterra. Vamos todos los por la calle cuáles miembros de “walking dead”, tecleando en nuestros móviles o tronchándonos de risa, con el último vídeo chorra que nos ha enviado nuestra prima. Al final todo se solucionó en unas horas. Horas en las que la gente, cambió la forma de comunicarse, incluso se rumorea que hubo quien habló con su familia.
Pero en mi opinión la gran pregunta que subyace en todo esto es ¿Qué hubiera pasado si hubiera sido definitivo? Y por ir más allá, ¿Qué pasaría/pasará si lo que se cae es Internet? La respuesta es aterradora, el colapso sería total, puesto que nuestra civilización es totalmente dependiente de la red: los teléfonos nos funcionarían, los semáforos y alarmas tampoco, ni los cajeros automáticos o la misma economía, por no hablar de las comunicaciones de la policía y el ejército, los hospitales y servicios sanitarios no podrían actuar, etc. Hay un estudio por ahí, que habla de que en cualquier país occidental una caída de internet superior a las 2 horas, llevaría aparejada una revolución de tal calibre, que haría retroceder la sociedad 40 años. Desconozco si será o no verdad, hay estudios de todo tipo. Yo por si acaso, he empezado a indagar sobre métodos más tradicionales y por si “nos bajan de la nube”, estoy viendo la posibilidad de poner un palomar en mi buhardilla. Que la fuerza os acompañe.