Falta de democracia

27/04/2014 - 23:00 Jesús Fernández

Pasando de un plano a otro y haciendo un análisis comparativo, lo mismo que se habla de un “déficit” fiscal, económico o de recursos en Europa también se habla de un “déficit” democrático o de libertades. Además se añade que ese defecto es estructural y no sólo momentáneo u ocasional. ¿Existe falta de legitimidad democrática en la construcción de la Unión Europea? Las respuestas van en dos direcciones. En primer lugar, acusan algunos, la Unión comenzó en unos pocos países, en un club de amigos y se ha ido ampliando y extendiendo a lo largo de los años, hasta alcanzar las dimensiones actuales. En segundo lugar, en asuntos de la Unión parece que unos gobiernos mandan más que otros, con el desequilibrio correspondiente entre aportación de recursos y participación en las decisiones. Al final siempre permanece la duda de si tanto las instituciones como el sistema político europeo son plenamente democráticos.
La duda o las discusiones se extienden a la falta de instituciones comunitarias, un poder legislativo y ejecutivo único y común. Falta mucho para la integración aunque la construcción no haya encontrado grandes dificultades. Habrá que seguir profundizando en organismo o instituciones supranacionales pero mientras no haya un Estado único no habrá Unión y todo quedará en la suma y voluntad de colaboración de cada uno de los Estados miembros. Así, pues, la relación o interlocución de cada Estado no es con un único Estado sino con todos los demás a través de los órganos comunes. No hemos superado el principio de bilateralidad en Europa. Para eso no hace falta que voten los ciudadanos sino que basta con que los gobiernos respectivos firmen los correspondientes acuerdos o tratados internacionales.
Europa no es un Estado cuya soberanía descanse en los europeos como titulares de la misma que es lo que daría legitimidad a los procesos electorales. Con la legitimidad de las instituciones está también su representatividad y su autoridad unida a su obligatoriedad. A la crítica por falta de “déficit” democrático estructural se une la falta de democracia institucional. ¿A qué comisiones o instituciones comunitarias eligen los europeos y a qué organismos entregan su poder para ser ejercido en nombre de todos los ciudadanos? Si no hay ciudadanía, si no hay Estado, si no hay soberanía no puede haber delegación, democracia, representación o legitimidad de mandatos y obligaciones. Por ello, algunos Tribunales Constitucionales de los Estados nacionales miembros no acaban de encajar el derecho interno con los acuerdos de la Unión aunque, al ser aprobados por los Parlamentos respectivos, tengan rango orgánico y adquieran carácter constitucional. El derecho comunitario y europeo está sin hacer mientras no haya un único Estado y única ciudadanía.