Concreciones

25/07/2014 - 23:00 Javier del Castillo

Nos perdemos en el debate. Los españoles dedicamos más tiempo en discutir sobre el envoltorio que sobre el contenido. En lugar de analizar las consecuencias – negativas o positivas – de la aplicación de una determinada reforma, indagamos en las razones ocultas que la sustentan o en los beneficios políticos que puede generar al adversario. Yo estoy convencido de que la mayoría de los ciudadanos de esta región – y me atrevería a decir que de las otras 16 Comunidades Autónomas – estamos de acuerdo en reducir el número de escaños regionales. Consideramos que 33 diputados es un número más que suficiente para gestionar el presupuesto que obtienen de nuestros impuestos. Incluso, muchos pediríamos también ajustes en ayuntamientos y diputaciones. Los recortes tienen que empezar por ellos mismos. Dando ejemplo; en lugar de imponiendo siempre los sacrificios a los demás. La Administración en España – nacional, autonómica, provincial y local – está sobrada de representantes del pueblo y bastante escasa de eficacia y productividad. El servicio a los ciudadanos es un eslogan muy bonito, pero hay que ponerlo de vez en cuando en práctica, facilitando las gestiones en organismos oficiales, mejorando la sanidad, la educación y los servicios sociales, reaccionando de manera inmediata cuando se produce un accidente o una catástrofe en nuestras calles o en nuestros bosques… Esa es la mejor vacuna para que no se convierta en un clamor esta frase cada día más recurrente: “que se vayan a su casa”.
Pero no hay manera. Aquí seguimos con la “pasión de catalanes”, las facturas falsas, las cuentas ocultas, los trinques a espuertas, los recursos ante el Constitucional para torpedear al adversario desde la judicatura y olvidando el principal objetivo: que España funcione. Sin entrar a discutir el rédito electoral que obtendrá el Partido Popular, estoy de acuerdo con la filosofía de esta reducción de parlamentarios impulsada por María Dolores de Cospedal. Como estoy de acuerdo con todas aquellas iniciativas y propuestas que permitan a los españoles liberarse de tanta mano de obra improductiva, y como apoyaré siempre la reducción del gasto público que no afecte a servicios sociales, sino a los que calientan el escaño con el dinero de los ciudadanos.