De Castilla-La Quemada

07/09/2014 - 23:00 Pedro L.Toledo

Ha pasado este verano, igual que había pasado antes y como seguramente volverá a pasar después. Fue en una zona determinada de nuestra tierra, de nuestra provincia, de nuestra comunidad, de nuestro medio ambiente. Durante unos días, todos los medios de comunicación se hacían eco de la noticia. Con los dantescos precedentes en materia de incendios que tiene la provincia de Guadalajara, cualquier noticia que verse sobre el asunto, trasciende a nivel nacional. Así, municipios desconocidos para la práctica totalidad del país, como Bustares, Prádena de Atienza, Hiendelaencina o Gascueña de Bornova, suenan en los Telediarios. Allí comparten plano, con los fichajes de verano, los políticos de siempre y los reyes de ahora (todos sabemos aquello de los perros y los collares). Poco a poco y siempre más tarde que pronto, el fuego cesa y con él la atención. La tardanza en la extinción, seguramente se deba a la poca previsión y a la inoperancia que tanto antes, como ahora, siempre han imperado (y me temo que imperarán) en nuestros servicios contraincendios. En cualquier caso, después de decirnos 52 veces que se ha “refrescado” la zona y que ya no hay peligro de “brotes rojos”, la noticia no es tal. Los fotógrafos, cámaras, curiosos, cotillas y politiquitillos con sus lameculos, abandonan la zona, y entonces ¿qué queda? NADA. Tierra quemada y negra, con ceniza y con miseria. Tierra preñada de la desoladora y deprimente sensación, de que nadie ha hecho y nadie hará nada por ella. Unos criticarán a los otros por su falta de previsión.
Los otros recordarán que cuando los unos mandaban la cosa era igual o peor. Pero esas tierras, esos pueblos, de nuestra provincia, de nuestra comunidad, de nuestro medio ambiente, quedarán aún más empobrecidos que antes. Aunque no lo pareciera, era posible. Seguramente al año que viene que hay elecciones, alguien recordará lo que pasó y con palabras huecas y gran boato, prometerá lo que sabe que no va a cumplir. Luego llegará el contrario y le replicará con un legendario “y yo más”. Después ambos, dejarán la zona, en el olvido. Hemos de suponer, que nuestros dirigentes están muy ocupados. No sabemos si quien gobierna, está en “sus labores”, según el desafortunado paralelismo de la chacha en versión Page. Tampoco sabemos si la oposición está echando números de manera desaforada, ante el irrefrenable avance de los que “pueden” terminar “pudiendo” con ellos (valga la expresión). La cuestión es que los unos por los otros, la Sierra sin recuperar. Y la región sin que se tome absolutamente ninguna medida encaminada a evitar que lo que pasó se vuelva a repetir. Desconozco si será el año próximo, el siguiente o quizá el de después. Pero tengo la absoluta certeza de que pasará de nuevo. En nuestra tierra, nuestra provincia, nuestra comunidad y nuestro medio ambiente, se está consiguiendo el circense “más difícil todavía” en cuanto al empobrecimiento de ésta, nuestra Castilla-La Quemada. Que la fuerza os acompañe. ».