Del cambio de hora

27/10/2014 - 23:00 Pedro L.Toledo

Andaba yo el pasado lunes enfrascado en remates de “ivas e ierrepeefes”, cuando tuve la oportunidad de departir durante unos minutos con un cliente, con el que no coincido habitualmente. Es persona sensata y de la que intento aprender, aunque no siempre lo consigo. Dado que es seguidor de estos artículos, cuando vamos a terminar la conversación, solemos comentar alguno de ellos. En este caso, después de reírse de mí por algún asunto “telefónico” o incluso “dental”, me propuso que escribiera sobre el cambio de hora:
 -Dado que tú entiendes de economía, escribe un artículo del ahorro que dicen que tenemos, con el cambio de hora. No tuve por menos que contestarle, que de economía, no entienden ni los propios economistas, como para entender, este pobre y pueblerino abogado. Pero en cualquier caso, acepté el reto y sobre el cambio horario, me dispongo a escribir. Estamos ante una cuestión, que para nada es pacífica. Si alguien pretende documentarse al respecto, se habrá de armar de paciencia, puesto que encontrará miles de estudios que digan una cosa y otros miles que digan lo contrario. Es lo que tienen los estudios, cada uno coge lo que más le gusta. No obstante, suelen coincidir casi todos, en que para todo el territorio nacional (con Sacedón y Cataluña incluidos) el ahorro es de entre 6 y 10 euros al año por hogar. Cantidad que a mi particularmente, no se me hace ni grande ni pequeña, sino todo lo contrario.
Esto es, creo que está bien ahorrar de donde sea. Pero también creo que por 6 euros al año, el jaleo que hay que montar no sale a cuenta. Ese importe comparado con la inmensidad de una tarjeta opaca, de una “barcenada” o de los apaños del pequeño Nicolás (“riiidiez” al final se me ha colado en el artículo), son peccata minuta. Con lo que hemos de indagar y buscar otros motivos, además de la inercia, que mantengan esto del cambio de hora. Motivos de salud, está claro que no hay, de hecho todo el mundo sabe que es perjudicial, sobre todo por problemas alimenticios y de sueño, para mayor gloria de laboratorios farmacéuticos.
Descartada esta cuestión, igual es posible que venga bien, para que no se hable de otras cuestiones. Si esto es así, me parece de suma torpeza el hacerlo coincidir con el Madrid-Barça. E incluso de mayor torpeza aún, con la aparición de unas fotos de la modelo Kelly Brooks, ligerita de ropa, después de que la Universidad de Texas, publicara un estudio que determinaba que con 1,68 de estatura y un 99-63-91, tenía el físico más perfecto del mundo. Estudio este, que sí que me gusta y al que le doy total credibilidad. Y ante el cual, con todo el respeto del mundo por la sensibilidad ajena, que puede decir este abogado pueblerino, más allá de intentar cerrar de la boca, buscar acomodo (Di María sabe a lo que me refiero) y dejar de babear ante la admiración que me produce…. el mencionado estudio.