Atanzón

27/12/2014 - 23:00 Pedro Villaverde Embid

Numerosas asociaciones culturales mantienen vivos los pueblos casi deshabitados durante el invierno gracias a que reúnen a la mayor parte de sus descendientes y oriundos bajo su organización y programan diferentes actividades todo el año. Los ejemplos son múltiples. Hoy nos vamos a referir a uno de estos colectivos, la asociación Carravilla, de Atanzón, con motivo de su 25 aniversario, celebrado el sábado en la propia localidad con la entrega del prestigioso premio por ellos fundado, el Trigo y Miel, y el certamen de villancicos Cantos de la Alcarria en Navidad. Nueva Alcarria, por sus 75 años contando lo que sucede en los pueblos, ha sido la acreedora de la trigésima edición de estos premios y además portadora del honor de pregonar el certamen que ha cumplido su veinte edición, ya consagrado en el calendario provincial, con la Real Zambombada de Atanzón como anfitriona, que suena realmente bien, con una puesta en escena espectacular. Volviendo a la asociación, de ella cabe destacarse que protagoniza hasta ocho iniciativas distintas a lo largo del año, las principales, la confección de la semana cultural y su colaboración en las fiestas patronales (ambas en la última quincena de agosto), pero también en carnavales o el próximo 31 de diciembre, dando las campanadas en el reloj de Atanzón para recibir 2015.
Los integrantes de su junta directiva tienen las características de cualquiera de estas asociaciones, amor profundo a su pueblo y costumbres, mucha ilusión, dedicación altruista y suponemos que poner hasta dinero de su bolsillo en estos tiempos de escasas o nulas subvenciones. Fue un placer dar el pregón de este año, en una iglesia abarrotada de público llegado de Horche, Hita, Cantalojas, Azuqueca, Guadalajara y los pueblos del entorno. Gracias presidenta, Pilar, resto de directivos, y alcalde, Emeterio, por vuestras atenciones. Enhorabuena por conseguir que un 20 de diciembre, de noche, la plaza de Atanzón se llene de gente para degustar caldo y caldereta. Me encantó estar con vosotros, saludar a Vicente Hita, a su hijo Jaime, colaborador taurino que fuese del periódico, a Braulio Carlés y en especial a nuestro corresponsal Óscar Escarpa. Y perdonarme los que os quedáis en el tintero. Además, Atanzón es uno de esos pueblos que desde pequeño tengo en el corazón por el cariño que me ha impregnado hacia él mi padre, que fuese maestro en aquella hoy extinta escuela a finales de los sesenta.