Febrero

05/02/2015 - 23:00 Pedro Villaverde Martínez

Nos encontramos metidos ya en este mes corto del año del que el refranero dice …un día peor que otro. No sabemos si se refiere al tiempo de invierno en el que estamos o a qué. Lo que sí podemos afirmar en los tiempos que corren es que el que febrero tenga menos días puede ser un alivio económico cuando los sueldos son esperados con avidez porque las existencias, si quedan, están bajo mínimos. Año de nieves, año de bienes, dice el refrán. Este año parece que hasta ahora está cayendo ese blanco manto con cierta prodigalidad. En lo político casi mejor no hablar, lo mismo que en lo económico. Las cosas no parecen mejorar.. Parece que de una parte hacia acá siguen pintando bastos y la economía… sólo parece levantar cabeza un tanto porque es año de elecciones o así podemos interpretar algunas de las mejoras que dicen parecen venir. Pero como a lo más oscuro amanece Dios esperemos que ya estemos o hayamos pasado esa más oscura negritud y la luz se haga entre nosotros. Ante tan negro panorama como parece prolongarse ya mucho más de lo que todos esperábamos sólo queda pensar que lo bueno, agradable y deseado estará a la vuelta de la esquina. Decepción hay mucha viendo el panorama político en que nos desenvolvemos… Aunque ahora toca escuchar cantos de sirena. Ignoramos la puntuación que darían los ciudadanos al mismo… pero imaginamos que el aprobado sería una exageración, aunque no falten encuestas y arrimar el ascua cada cual a su sardina o sea según toque el que está en el mando o el que aspira a él. Y sin embargo son ellos los responsables en gran medida, de que la mala situación sea ya breve o larga… Pero siempre es legítima la canción que unos u otros tocan según el lugar que ocupen. Hagamos un acto de fe en que de la noche a la mañana saldrá el sol de la esperanza, nunca perdida, y despejando las negras nubes que en demasía cubren nuestro cielos salga el sol que nos lleve a olvidar la crisis y a vivir más decentemente. O tal vez tenga que ser la nieve que está cayendo la que traiga lo mejor recordando aquello de año de nieves… año de bienes. Un año en el que la esperanza ha de seguir siendo el asidero para que las cosas se hagan no sólo más llevaderas sino mucho mejor.