Profesores en el recuerdo

28/02/2015 - 23:00 Pedro Villaverde Martínez

El fallecimiento de Doña Julia María Díaz del que nos hemos enterado por la Necrológica que escribiera en este periódico Pedro de Lucas, uno de los muchos alumnos a los que ella dio clase entre los que nos contamos ha dado lugar a que nos hagamos eco en esta columna. Julia María catedrática de Matemáticas era, como otros muchos profesores, una persona que dejó impronta en los alumnos a los que dio clase. Si cada maestrillo tiene su librillo dice el refrán, el de Julia María era muy especial. No vamos a citar fechas puesto que ya se decían en la citada nota. A nosotros nos ha servido la noticia de su muerte para que la recordemos con cariño y admiración por el tiempo que asistimos a sus clases y su peculiar forma de ser, sencilla y agradable además de su gran valía que seguramente no alcanzamos a comprender en su totalidad. La sencillez de los grandes era en ella una de las grandes cualidades. Dicen que era muy importante por sus grandes conocimientos… pero tal vez los alumnos la recordemos más todavía por su sencillez. Fue directora de la Escuela de Magisterio.La citada necrológica nos ha llevado a recordar a otros profesores. No es cuestión de recordar a todos ni menos escribir la docencia y el buen trato que de ellos hayamos podido recibir. Seguramente cada cual tendrá sus recuerdos. No es cuestión de valorar lo mucho o menos que pudimos aprender en sus clases, pero seguramente a lo largo del tiempo los alumnos nos acordamos de quienes nos instruyeron o intentaron al menos con mejor o peor suerte y tal vez con sus pros y sus contras el balance resultante viene a ser positivo en la gran mayoría. Nosotros hemos querido recordar estas cosas en nuestra columna como homenaje a cuantos han enseñado y enseñan. Y como profesores que hemos sido quisiéramos que nuestros alumnos hayan aprendido algo bueno de nuestras tal vez pequeñas enseñanzas. Esta columna, pues, va en primer lugar a recordar a todos los profesores, a los que tal vez pensemos en determinados momentos que su trato podría haber sido mejor y para otros, prácticamente todos, cuyo trato nos resultó más agradable. Enseñar al que no sabe es… algo grande, y si además se enseña bien, mucho mejor.