De no soy adicto al móvil

18/05/2015 - 23:00 Pedro L.Toledo

Son las 5.00 y como cada día escucho cómo mi Iphone 5s comienza a vibrar encima de la mesilla y emite el tono “Bambú”. Más de uno recordará cual efímera fue la existencia de mi siempre recordado y carbonizado Iphone 6 plus. Me levanto y comparto mis dos vasos de leche, con un repaso a los WhatsApp, para continuar con el Gmail, Facebook, Linkedin, Twitter y terminar hojeando el As, Expansión y el Economista. Todo ello sin levantar la vista de la pantalla retina de 4 pulgadas, que se abre ante mi como una ventana al mundo, pero que cierra mi entorno de tal manera, que no se si estoy cogiendo una barrita de muesli o un plátano. He de reconocer que incluso ha habido días, en que he quitado el envoltorio de los Special K, una vez que había dado ya el primer mordisco y me había chocado con la desagradable sensación de morder el papel de aluminio que los envuelve. Subo de nuevo a la habitación, según compruebo mi agenda diaria en el Google Calendar. Me meto en la cama, a la espera de sentir de nuevo la vibración (en la mesilla, que nadie se me distraiga con otras cuestiones) y escuchar los acordes de “Ding” en este caso. La noche anterior, ya había decidido la combinación de camisa y corbata; así puedo vestirme de manera mecánica y chequear a la vez “Los Cinco Grandes”: WhatsApp, Gmail, Facebook, Linkedin y Twitter. Bajo en coche al despacho, con la lógica impaciencia, de encontrarme con agrado algún semáforo en rojo o tener que parar en un stop. No, ya no lucho como antaño con aquel moquillo rebelde que se había quedado enganchado, el objetivo es otro. Hay que dar un repaso a los grupos de WhatsApp en los que estoy. De vez en cuando, me salgo o “me salen” de alguno, ¿verdad Lamas? Pero me da igual, yo vuelvo con más fuerza y pasión, si cabe. Mi jornada trascurre, entre los “Big Five” y diversas páginas web de consulta. Durante la comida, me alejo de mi móvil, no más allá de 3 metros, a ver si lo voy a perder. No obstante, estoy deseando de terminarme el postre, para tomarme el café, repanchingando en el sofá. Por supuesto, dando un repaso a las últimas novedades acaecidas entre los 12,38 centímetros por 5,86 de la cubierta oleófuga antihuellas de mi Iphone. No hay que olvidar, que han sido unos 13 o 14 minutos (soy rápido comiendo), sin mirarla; no sé cómo he podido aguantar tanto. El resto del día, trascurre por los mismos derroteros, pero en cualquier caso, he de negar que tenga algún tipo de adicción al móvil. No, todavía no he llegado a descargarme y ni siquiera conozco que existen App, del tipo de “Kiss me”; si esa en la que te salen dos labios gruesos, sugerentes y rosaditos, para que practiques besando a tu pantalla y califiquen como lo haces. Y tampoco conozco la existencia de “Passion” o “Sexometer”, en las que tu móvil registra los ruidos, duración y movimientos que realizas mientras realizas tus prácticas sexuales (solo o acompañado), para que obtengas una calificación y veas si has adelantado en el ranking al vecino del quinto.Suena mi móvil, el tono “Látigo”; algo se mueve en Facebook. Lo siento os tengo que dejar. Que la fuerza os acompañe.