Humor negro

21/06/2015 - 23:00 Javier del Castillo

Antes de que Pablo Iglesias llamara “subnormal” al candidato socialista a la alcaldía de Madrid, algunos concejales de la plataforma ‘Ahora Madrid’ ya habían exhibido en twitter su perfil más miserable y su bochornoso desprecio por la vida de los demás. El perfil de algunos de los colaboradores de Manuela Carmena es para echarse a temblar y supongo que la jueza estará cuestionándose en estos momentos si con esta tropa se puede gestionar adecuadamente la capital de España. Es posible que desconociera el pasado de Guillermo Zapata - delegado de Cultura y Deporte durante sólo un fin de semana -, pero me parece de una ingenuidad alarmante que ni siquiera fuera advertida de la animadversión de este individuo hacia el pluralismo y la tolerancia. Incluso dejando de lado su escaso bagaje profesional para llevar la cultura de una ciudad como Madrid, resulta chocante que nadie le haya avisado a Manuela de quienes eran sus compañeros de viaje. ¡Ay Carmena, la que te espera, y eso que esto no ha hecho más que empezar! Una cosa es denunciar los abusos del sistema político actual y otra muy distinta hacer más eficaces los servicios que facilitan la vida de los ciudadanos de Madrid. No voy a entrar a discutir sobre la cualificación de los nuevos gestores del ayuntamiento madrileño, pero tampoco me imagino a Pedro Sánchez y al campechano responsable del grupo municipal socialista, Carmona, presumiendo de la “preparación” de los recién llegados, ni tampoco de haber otorgado su confianza en quienes les han desplazado del poder en las principales ciudades españolas. Si el único objetivo socialista era impedir que Esperanza Aguirre ocupara el puesto de Ana Botella, misión cumplida. Pueden estar satisfechos. Pero tendrán que explicar dentro de unos meses el daño que con sus votos están infligiendo a la convivencia de los madrileños. El cambio es saludable, pero siempre que se lleve a cabo mirando el interés general, sin odios, ni rencores. La ilusión de la gente se diluye cuando un concejal se burla de Irene Villa, cuando otro amenaza a Gallardón o cuando la portavoz de la alcaldesa que gobierna con los votos socialistas asalta la capilla de la Complutense al grito de “vamos a quemar la Conferencia Episcopal”. ¡Qué nivel, Maribel!