Mariana

02/07/2015 - 23:00 Javier del Castillo

La había visto pasear por el barrio muy de mañana con su perro, con un indisimulado balanceo, provocado seguramente por algún problema de cadera. Tampoco había cruzado una palabra con ella, hasta que hace unos días llamó a la puerta de nuestra casa y le dijo a mi mujer si podía plantearle un dilema.Mariana, como así se llama la buena señora, le explicó entonces que vivía al otro lado de la avenida de Cardenal Herrera Oria, a doscientos metros de nuestra casa, que era una gran lectora de prensa escrita y que leía con especial interés un periódico de Guadalajara que rescataba del contenedor que tenemos muy cerca de nuestra vivienda. Supongo que al leer junto a la cabecera de Nueva Alcarria la dirección del destinatario, se armó de valor y tocó el timbre de la puerta para pedirnos por favor que las bolsas de periódicos que a última hora de la noche o a primera hora del día tiramos al contenedor de papel se las colocáramos sobre el mismo. Le haríamos un favor impagable. “Me cuesta mucho sacar los periódicos de dentro y de esta otra manera puedo recogerlos nada más levantarme, sin ningún problema”, le explicó a mi mujer, antes de narrarle algunos episodios de su apasionante existencia, dentro y fuera de nuestro país. El franqueo concertado de Nueva Alcarria debió de ponerla en la pista a la hora de intentar satisfacer su demanda de información. El problema cotidiano de esta señora mayor, a la que quiero desde aquí rendir un pequeño homenaje, ya se ha solucionado. “De haberlo sabido antes – le comentó mi mujer - lo hubiéramos hecho como usted nos dice”. Desde ese día, vuelvo con más periódicos a casa y procuro dejarlos todos por la noche en un lugar accesible para Mariana. Supongo que estará feliz y contenta. Pero todavía no he tenido la oportunidad de preguntárselo. Me imagino que leerá los periódicos, revistas y suplementos y que se interesará, como ya venía haciendo sólo cuando el contenedor estaba a rebosar, por las noticias de nuestros pueblos. Aunque nada más sea por su cariño hacia nuestra tierra, tengo que darle las gracias. Llevo semanas intentando encontrármela, pero sigo sin verla. Necesito confirmar con Mariana que el nuevo servicio de prensa gratuita funciona. Da gusto tener una vecina tan bien informada.