De no hablemos de sexo

28/07/2015 - 23:00 Pedro L.Toledo

No da respiro la dureza de este verano más que a aquellos que tienen la suerte de andar por la serranía o por la zona de Molina. En el resto de la provincia, sofocos y sofocones, bien por culpa de las temperaturas o bien por culpa de los calentones que algunos y algunas se dan. Y aunque mi intención inicial, cuando escribía el párrafo anterior, no era hablar de sexo, sino más bien de calentones neuronales o bucales, terminaré hablando de lo único; como decía mi abuelo, “la cabra tira al monte”. Por tanto, nada mejor que este tiempo para rememorar aquel ochentero programa de la doctora Ochoa, que recordamos los que peinamos canas, o más bien deberíamos peinar si tuviéramos pelo: Hablemos de sexo. Aunque antes de meternos en faena (o mejor dicho antes de hablar de la faena), daré un repaso a uno de los últimos calentones que hemos podido observar por parte del Gobierno de esta nuestra (todavía) nación. Me refiero al anuncio que hizo a comienzos de mes nuestro querido presidente (lo de querido lo pongo sin ironía, que no quiero que nadie busque inclinaciones políticas donde no las hay), sobre la bajada del I.R.P.F. para este mismo ejercicio. He andado mal de tiempo para preguntarle por WhatsApp al “Marianín” sí fueron sus recalentadas meninges por las temperaturas de este julio sahariano o si quizá fueron sus recalentadas fauces las que engendraron esta idea. Sea lo que fuere lo que se le calentó (miedo me da de pensar otra cosa), la cuestión es que anunció a bombo y platillo una rebaja que visto lo visto, no parece tal. De hecho, creo que más de uno y más de una se llevará una tremenda desilusión al comprobar en su nómina de julio que la variación ha sido de apenas unos pocos euros con tan nimia bajada de las retenciones. Peor lo han tenido aquellos que emitan facturas, bien como profesionales o bien como arrendadores, que habrán tenido que estar mirando si las emitían hasta el 11 de julio con un tipo de retención y del 12 en adelante con otro tipo distinto. Y digo yo, quizá en mi torpeza, quizá en mi ignorancia, que si no es más fácil hacer todos los cambios solos y de una sola vez con fecha del 1 de enero y no andar con estos pequeños cambios que a casi nada conducen (sin ir más lejos un 0,50 por ciento en las facturas de arrendamientos) más que a complicaciones innecesarias y a que al final el común de los mortales y yo con ellos pensemos que sí, que estamos hablando de sexo. Puesto que, para ser más concretos, muchos pensamos (con perdón de la expresión) que nos están jodiendo. Que la fuerza os acompañe.