De una dolorosa separación

27/08/2015 - 23:00 Pedro L.Toledo

  Ambos estaban sudorosos, acababan de hacer el amor tal y como lo habían hecho la noche anterior y la anterior de la anterior. En ese momento, ella le miró, trató de poner cara de pena, pero como no lo consiguió, medio riéndose le dijo: - Cari, es nuestra última vez como casados Él a su vez, tampoco pudo contener una carcajada, al final de la misma, la besó con ternura. Al día siguiente ambos estaban en el despacho, de su abogado “de cabecera”. Ante ellos y sobre la mesa, tenían expedidos por el Registro Civil, los certificados de matrimonio, de nacimiento y un certificado de empadronamiento. Justo al lado y para su firma la demanda de Separación Judicial, que ponía fin a diez años de feliz matrimonio, junto con el Convenio Regulador que previamente habían pactado. Con posterioridad y una vez interpuesta la demanda, la misma será admitida, fijándose día y hora para la firma del Convenio Regulador en el Juzgado. Su Señoría, procederá a dictar Sentencia de Separación de mutuo acuerdo. La cual será inscrita en el Registro Civil correspondiente. Desde ese momento, todos sus bienes serán propiedad de ambos al 50 %; vamos como antes. Desde ese momento, ambos seguirán viviendo en Guadalajara. Ella en su domicilio habitual en las Cruces, él en el chalet que ambos tienen en el Clavín. Bueno al menos así constará en su nuevo certificado de empadronamiento. Sin embargo, nadie comprobará que ambos seguirán cada noche durmiendo juntos (y quién sabe si además de dormir algo más); vamos como antes. Desde ese momento, él seguirá entre semana escribiendo sus novelas y sus artículos desde el mismo despacho situado en el paseo de las Cruces y los fines de semana desde el que tiene en el chalet del Clavín; vamos como antes. Desde ese momento, ella seguirá corrigiendo, maquetando y promoviendo en las redes sociales las novelas y los artículos de él; vamos como antes. Desde ese momento, nadie además de ellos, de su abogado “de cabecera”, del juez, del encargado del Registro y del encargado padrón del Ayuntamiento, conocerán que están separados. Bueno nadie no, lo sabrá otro organismo, que es el que ellos quieren que lo sepa: la Agencia Tributaria. Si, desde ese momento, él que es el único que oficialmente trabaja y por tanto, el único que oficialmente recibe ingresos para la Agencia Tributaria, pasará una pensión compensatoria a favor del cónyuge de 2000 euros mensuales. Y desde ese momento, él en su declaración de Renta, procederá a reducir su base imponible en un total de 24.000 euros anuales. Con lo que tendrá un ahorro cercano a los 10.000 euros anuales, con los que ambos se marcharán de vacaciones cada verano, brindando con Moët Chandon a la salud de Don Cristóbal Montoro. Que la fuerza os acompañe.