El Parador parado

14/11/2015 - 23:00 Antonio Yagüe

Si i todo el mundo habla del parador, es que estamos en Molina de Aragón y se han convocado elecciones. La matraca, gobiernen peperos o sociatas, lleva más de 30 años erre que erre. Muchos molineses se mosquean cuando, con cierta rechifla, algún forastero pregunta ”¿cómo van esas obras”? Casi molesta tanto como cuando algunos patanes preguntan en Calatayud por la Dolores y remachan que “aún quedará majico”. O mágico, porque lleva camino de ser solo visible para mentes privilegiadas como el vestido del rey en el cuento de Andersen. Hace unos días las autoridades locales y estatales se han retratado en el solar, sin sentido alguno del ridículo, tocados con cascos blancos para proteger sus ilustres cabezas quizá de posibles deposiciones de alguna grulla que sobrevuele la zona camino de Gallocanta. Hace cuatro años, los gerifaltes socialistas de turno, con el presidente Barreda y la diputada Valerio a la cabeza, ofrecieron una presentación no menos grotesca ante una deslumbrante maqueta. En el cerro Santa Librada, escogido para su ubicación bajo el ejecutivo de Zapatero, se ha hecho algún desmonte y echado unas cubas de hormigón. Pero todo indica que las obras están paradas esperando el 20-D. Los dueños de una nave horrorosa abandonada que afea el proyecto -situada a espaldas del solar, según se ve desde los Castillos- se la han ofrecido a Turespaña a precio de derribo y con el terreno. El organismo no contesta. Eso denota que no hay interés y que aguardan, a ritmo lento, el resultado electoral. Si no gana el PP, se les devuelve el marrón a los del PSOE. Y si se hace, les importa un pepino la panorámica ante la tremebunda nave. Parece claro que el revulsivo para el empleo y la actividad de la zona, como predican los mandamases, no llegará por esta vía. El presupuesto ha caído desde los 30 millones de euros de 2005 a sólo 19 millones. Dicen los entendidos que incluso con esta inversión en el sector industrial se generarían hasta 200 puestos de trabajo. El retorno para la comarca sería muy superior a los 15 empleados como mucho de este parador de dudosa viabilidad, dada la desproporcionada inversión respecto a futuros ingresos y tamaño. Algunos lo han bautizado como ‘Pensión Lola’ (por Cospedal). Otros, como el parador fantasma.