Tiempos difíciles

Dice un refrán muy popular que cuando la burra está por dar leche da hasta por las orejas. Parece que ahora se hayan conjurado todos los astros del firmamento para hacer más difícil esa siempre compleja convivencia. Cuando pensamos que vamos a alcanzar la paz aparece la chispa de la violencia y la barbarie. Se piensa y se lucha por una sociedad en paz y convivencia y en un mejor vivir para todos…y salta la terrible barbarie y destrucción, aparece aquello de Homo homini lupus, el hombre lobo para el hombre. La barbarie sacude con violencia convertida en monstruo de destrucción y ruina. Parece que la paz sea imposible en el mundo y la guerra se imponga. Si la crisis económica es y ha sido grande, la violencia quiere ser mayor. Los últimos atentados así parece constatarlo. No somos entendidos en casi nada pero nuestra sensibilidad salta ante los luctuosos hechos que están acaeciendo. Parece mentira que el arte político el de la convivencia no sea capaz de imperar entre pueblos sin distinción de credos o razas. La paz tiene que ser posible y el entendimiento también. Nuestro raciocinio tiene que imponerse a la tozudez y a la barbarie. Tenemos que ser capaces de convivir todos juntos en paz y no destruir en vez de construir. Entendemos muy poco de causas o razones que llevan a la lucha y a la destrucción, pero pensamos que el buen raciocinio tiene que llevarnos a la paz entre todos y que la paz conducirá a ese bienestar que todos deseamos. Respetémonos los unos a los otros y seamos capaces de que la convivencia sea el resultado del entendimiento. Ni somos filósofos ni queremos ser analistas de nada, pero estamos seguros que la comprensión entre todos ha de imponerse con esa convivencia siempre posible y más que necesaria. Doctores tiene la Iglesia, dice el refrán…pero todos sabemos que la felicidad consiste en una vida feliz y que esto se logra respetándonos los unos a los otros y transigiendo lo necesario todos para que de ese entendimiento salga esa paz necesaria para vivir mejor. Nadie es más que nadie y nadie debe imponerse por la fuerza a nadie. Somos seres racionales y nuestra razón tiene que saber buscar soluciones a los problemas que en cualquier convivencia surjan. Desarrollemos el arte político.