La Diputación provincial: Servicio y eficacia

03/01/2014 - 23:00 Pedro Pérez Sánchez

  La Diputación Provincial es como un contenido de gran valor encerrado en un vaso excelente, que rejuvenece y hace rejuvenecer el vaso mismo que la contiene. Así actúa la Diputación Provincial, y al frente de ella doña Ana Guarinos y López y su equipo de gobierno. Puesto que cada villa tiene sus maravillas, la Diputación se ocupa del bienestar de sus municipios y especialmente de los más pequeños para que a todos ellos lleguen y no les falten los servicios básicos e, incluso, se ha dicho que un alma es por si sola un gran pueblo y máxime teniendo en cuenta que el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios.
 Los surcos necesitan simiente nueva para dar impulso a su diario acontecer y la señora presidenta, dada su buena capacidad de gobierno, se puede decir que actúa de modo que la razón de sus actos es fundada con ecuanimidad, equidad, justicia e imparcialidad en su forma de tratar a las personas y a las corporaciones locales con los mismos criterios que se merecen sin distinción alguna. Sabe sobradamente que su función política al servicio de la Diputación es religiosa y poética. Por ello, los hilos de comunicación con la provincia y los ciudadanos son hartamente reconocidos; pues nadie es uno, sino cuando pueden existir otros. Por eso la señora presidenta brilla con luz propia. Incardina su buen hacer en el proyecto del conocimiento de las necesidades colectivas y públicas provinciales que le comunican los regidores locales. Hombre sin noticias, mundo a oscuras. Ella sigue la línea de poetas y escritores que inviten a contemplar la belleza a través de la palabra y hoy más que nunca la palabra debe estar al servicio de la verdad; pues no es la palabra un privado edén de placer si no se comunica. Pero desgraciadamente para la sociedad, existen ideologías que utilizan la palabra torticeramente para sus intereses electoralistas, tergiversando erróneamente su finalidad.
Luego, por mor de esta consideración, seamos veraces. Por último, he observado como al final de los debates plenarios de las sesiones de la Diputación Provincial, la elocuencia de la señora presidenta se impone en la sala en su vehemente resumen o epílogo de lo debatido, por su clarividencia y absoluto conocimiento del asunto debatido. Al respecto, digo como Spengler: “Siempre ha sido a última hora un pelotón de soldados el que ha salvado la civilización”.