China asciende pero aún no convence

El presidente Xi Jinping se ha apuntado el gran logro diplomático que buscaba. La cumbre de los países de Asia-Pacífico celebrada en Pekín lanzó al mundo el mensaje de que China ha alcanzado el estatus de superpotencia. Hay mucho de propaganda, pero el gigante asiático ha firmado importantes acuerdos políticos y económicos, particularmente el desbloqueo de las negociaciones para la creación de la Zona de Libre Comercio de Asia Pacífico, una suma de países americanos y asiáticos que aglutina en torno a la mitad de la población y de la riqueza del planeta. China ha planteado el acuerdo en oposición a la Alianza Transpacífica que promueve EE.UU., en un momento de gran debilidad del Presidente Obama, aunque los norteamericanos entienden que ambos proyectos no son contradictorios. La cooperación bilateral entre ambos países ha sido además uno de los hitos de la cumbre, con el acuerdo para reducir emisiones contaminantes a partir de 2030. Son este tipo de acciones constructivas las que se esperan de una potencia que aspira a un rol central en el mundo, pero China tendrá que esforzarse mucho más para demostrar que puede ser un socio de fiar. Su agresiva política exterior o el apoyo al régimen criminal de Corea del Norte contradicen su voluntad de un ascenso pacífico, sin mencionar la flagrante falta de respeto a los derechos humanos en la propia China.