¿Autonomía fiscal?

24/12/2014 - 23:00 Jaume Catalán

El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, renunció a su cargo “por razones personales”. La oposición responsabilizó al Ejecutivo de forzar su marcha por supuestas injerencias políticas, pero el argumento no se sostiene en el caso de alguien que presumió de que “no había tolerado nunca” presiones del Gobierno.
Su marcha no debe afectar a los procesos más relevantes como Bárcenas, Gürtel, Nóos, los ERE o el 9-N, en los que la Fiscalía ya tiene asentada su posición. Por tanto, por mucho que se pretenda instrumentalizar el episodio, estamos ante la decisión personal de un fiscal que preservó su autonomía hasta el final.