Fruto de la ley de la blasfemia

12/01/2015 - 23:00 Jesús Martínez

Pakistán ha sufrido una islamización progresiva desde finales de los años 70. Desde esa época en muchas escuelas islámicas ha dominado una corriente que favorece una interpretación violenta de la religión. El ejército, que junto a los servicios secretos constituye un poder autónomo, mantenía hasta no hace mucho tiempo una actitud tolerante con los talibanes, que ha permitido a los terroristas ganar importantes cuotas de poder. La decisión del ejército de atacar a los radicales ha provocado un giro en la situación. El Gobierno asiste impotente a los embates de la que es una auténtica guerrilla, que además ha provocado una feroz persecución de las minorías, especialmente de los cristianos. La ley de la blasfemia, aprobada en 1986, sirve para provocar decenas de asesinatos y de procesos en los que se vulneran los más elementales derechos humanos. Durante mucho tiempo Occidente ha estado mirando para otro lado. Ahora, cuando hemos visto los dientes al lob, nos rasgamos las vestiduras.