Salir de herrera para entrar en Podemos

27/02/2015 - 23:00 Vicnuel Sánchez

Hará un par de años que escribí la siguiente carta, titulada Salir de herrera para entrar en IU, y, salvo unos cuantos mutatis mutandis, podría seguir sirviendo para IU y, más aún, para Podemos. Esto decía la carta: Según las encuestas, parece que, si se celebrasen ahora las elecciones, se produciría un trasvase considerable de votos del PSOE a IU. ¡Sorprendente!. Eso sería como salir de herrera para entrar en carbonera. Basta recordar la trayectoria de Joan Herrera en el tripartito catalán, la de Madrazo en Euskadi, la de Valderas en el tema de los ERE andaluces o el apoyo de IU a las leyes educativas socialistas que nos han llevado al desastre escolar que venimos padeciendo desde hace años. Por otra parte, parece bastante claro que muchos de los males que nos han acarreado los ocho últimos años de gobierno socialista se produjeron porque ZP gobernó de forma muy parecida a como lo hubiesen hecho los de IU. Si, por el contrario, en vez de ZP, hubiesen gobernado, menos “a lo rojo”, otros socialistas (Redondo, Asunción, Buesa, Vázquez, Bono, etc.) otro gallo nos habría cantado. Por lo tanto, no se entiende que los votantes de izquierdas a los que no les convence este PSOE se inclinen por una IU, que nos llevaría a más de lo mismo pero intensificado; lo lógico sería que se abstuviesen o votasen a algún partido de izquierdas más socialdemócrata y, sobre todo, más defensor de la unidad de España, como podría ser UPyD. Los votantes de derechas, sin embargo, que no desean votar al PP tienen más difícil encontrar otro partido de derechas con posibilidad de sacar algún escaño. Tal vez para los unos y los otros podrían servir otras alternativas como Ciudadanos, AES o algún otro partido serio que surja antes de las elecciones generales (entonces no existía Vox). Queda tiempo. Merece la pena reflexionar mucho sobre el tema, y votar a partidos de fiar para que, de hecho, no nos acaben gobernando partidos-bisagra raros o nacionalistas. Lo que no parece que resolvería nada sería la abstención; todo lo contrario.