Mi querido casco histórico

28/02/2015 - 23:00 Joaquín Rodríguez

Aunque el que escribe estas líneas reconoce el esfuerzo por reformar el casco que ha hecho el Ayuntamiento de Guadalajara, lo que no es de recibo es que, con su mejora, se hayan eliminado accesos para los vecinos que residen allí y para quienes quieren visitar la zona por motivos comerciales, administrativos, de ocio o del tipo que sea. Vivir en el casco es como vivir en una ratonera. Y no lo digo de oídas. Lo digo porque soy vecino de la Cuesta Calderón de toda la vida. He ido viendo cómo se ha modificado mi entorno, pero lo hecho en los últimos años deja mucho que desear en cuanto a mejoras de movilidad. Previo a las obras había varias alternativas para entrar o salir a esta zona del corazón de la ciudad. Ahora, o entras por Benito Hernando… o entras por Benito Hernando. Para más INRI se ha decidido restringir el acceso a Teniente Figueroa desde Miguel Fluiters, como si aquello fuese una zona de la jet set. En fin, me quedaré con el hecho positivo de la mejora de la zona y el fin de las obras. Quizá ahora, por fin, el comercio vuelva a revitalizarse y, con ello, los ciudadanos quieran vivir en esta zona y no huir a otras más cómodas como Aguas Vivas. Éste es el corazón de nuestra querida ciudad.