Esperando ver jugar a nuestros perros

Poco antes de la llegada de septiembre, los propietarios de perros recibimos la buena noticia de que ya, por fin, parecía que el Ayuntamiento estaba dispuesto a dejar de tratarnos como ciudadanos de segunda clase. Nos dijeron que se iban a habilitar parques para que nuestras mascotas pudieran jugar y correr sin necesidad de que tuviéramos que huir al campo o de andar saltando como liebres cada vez que escuchamos una sirena. Sin embargo, ya han pasado las fiestas de la capital, esas que nuestras mascotas sufren a golpe de petardo y que nosotros padecemos a base de restos de comidas y fragmentos de botellas, y no sabemos nada de los parques. No entendemos, la verdad, porque el Ayuntamiento tarda tanto en pronunciarse sobre algo tan evidente. Tan desesperados estamos, que incluso esperamos con impaciencia una solución que es a todas luces insuficiente. Porque seamos sinceros, lo único que hace falta en este asunto es aplicar el sentido común. Quienes tenemos perros sabemos en qué parques y a qué horas podemos refugiarnos sin molestar a nadie. De hecho, tan solo nuestra presencia hace seguros algunos parques a partir de determinadas horas de la tarde noche. Sería tan fácil establecer horarios para que todos pudiéramos convivir, que a veces indigna que no se haga. Pero bueno, eso es casi una quimera. Por ahora esperaremos que lleguen esos parques, a ver si de una vez por todas dejamos de sentirnos proscritos y podemos disfrutar de nuestros perros.