Un derecho olvidado: el derecho al juego

18/11/2015 - 23:00 Marta Pastor

Hoy, 20 de noviembre, los educadores, familias, instituciones y otros organismos preocupados por la infancia, celebramos a nivel mundial el Día Universal del Niño, que cada año recuerda la aprobación de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989. La Convención es un tratado internacional que recoge los derechos de la infancia y es el primer instrumento jurídicamente vinculante que reconoce a los niños y niñas como agentes sociales y como titulares activos de sus propios derechos. Afortunadamente, al menos en nuestro contexto, derechos como la educación, la salud y la protección a la infancia, han avanzado notablemente, si bien el azote de la crisis económica, también se ha notado considerablemente en el cumplimiento de estos derechos sociales de la infancia.
El derecho al Juego Pero hay un derecho, recogido en el artículo 31 que es el gran olvidado, ninguneado y, aparentemente, considerado como un derecho secundario o menos prioritario: “El niño tiene derecho al esparcimiento, al juego y a participar en las actividades artísticas y culturales”. El derecho del niño al juego, al disfrute de una actividad lúdica que, avalada por multitud de estudios e investigaciones científicas, se ha demostrado tremendamente útil y necesario para el correcto desarrollo físico, psíquico y educativo de la infancia. El juego es un instrumento educativo de primer orden que favorece los aprendizajes tanto de tipo intelectual, como físico, social e incluso estético y creativo. Todo un programa pedagógico de educación integral tan antiguo como la humanidad misma y que, paradójicamente, en nuestras sociedades marcadas por el ocio y el tiempo libre, queda relegado a un segundo plano. Sistema de indicadores para medir el cumplimiento de este derecho Desde el Observatorio del Juego Infantil (OJI), un equipo interuniversitario de profesionales de la educación, la psicología, antropología, sociología y la comunicación, conjuntamente con entidades como Unicef o Save the Children, estamos trabajando en un proyecto I+D+i subvencionado por el Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno Español que pretende establecer un sistema de indicadores que midan el cumplimiento en nuestras sociedades del Derecho del Niño al Juego.
Los primeros resultados del mismo, indican la escasa importancia que a este derecho de la infancia, le prestan tanto las instituciones como los diferentes organismos encargados de velar por el mismo. Sin embargo, estamos convencidos que la concienciación sobre la importancia de este derecho, así como la puesta en marcha de políticas públicas que favorezcan la práctica de la actividad lúdica infantil, es posible y redundará en la mejora de nuestras sociedades gracias a estos pequeños ciudadanos que tienen y deben ejercer su derecho al juego.
Más tiempo para el juego Por todo ello, desde el Observatorio del Juego Infantil, se recomienda dedicar más tiempo al juego diario, proporcionando al mismo tiempo y en la medida de lo posible, materiales y espacios para hacerlo posible. El juego es la principal ocupación de la infancia y debería ocupar la mayor parte de su tiempo libre, además de formar parte del currículo escolar, puesto que mediante la actividad lúdica, los niños no sólo se divierten, sino que también aprenden del mundo que les rodea y mejoran su socialización y relaciones con los demás. Jugar es un derecho de la infancia olvidado, pero un derecho primordial. No lo olvidemos y, en la medida de lo posible, intentemos fomentarlo y favorecerlo, pues los beneficios del mismo, redundarán en un impacto social muy positivo para todos y todas.