La fiesta nacional, un valor a proteger

07/04/2014 - 23:00 Redacción

En las viejas fotografías en blanco y negro de los álbumes familiares y en las páginas de los periódicos antiguos hay muchas instantáneas de sueltas de reses en las plazas de nuestros pueblos. Cualquier localidad, por pequeña que fuese su población, desde antaño, cerraba con talanqueras sus calles y los más osados daban unos pases. La llegada del camión con los toros, su desencajonamiento y su suelta era la parte mejor de cualquier fiesta. Era frecuente que algún toro se escapase al monte, incluso que entrase en una casa. La tradición se siguió cumpliendo cada verano, aunque en invierno no quedase gente en el pueblo, hasta que un reglamento de espectáculos taurinos en 1998 se preocupó de la peligrosidad que esta práctica suponía para la seguridad de las personas, pues en caso de incidencia no había asistencia médica urgente y especializada. Las exigencias obligaron a reducir, y en muchos sitios a suprimir, estos festejos, pues el presupuesto no daba para más. Fue, aunque doliese, un puro ejercicio de responsabilidad por parte del Gobierno regional que había asumido en el estatuto de autonomía la competencia exclusiva en materia de toros.
El pasado verano entró en vigor un nuevo reglamento que en estos días ha sido puntualmente modificado. La seguridad de las personas y de los animales- se prohíbe y castiga cualquier práctica de maltrato- prima, como debe ser, sobre cualquier otra consideración, pero se favorece la celebración de la fiesta nacional, por algunos atacada, y en nuestra región catalogada, para alegría de la mayoría, como Bien de Interés Cultural. Somos una provincia eminentemente taurina. Por eso debemos acoger con satisfacción que las sueltas de reses vayan a tener una mayor duración, que se puedan emplear ejemplares de hasta seis años de edad, que se amplíe la horquilla de personas que pueden presidir los festejos y que los dispositivos sanitarios se ajusten al festejo que se celebre y sus características. Todo ello facilita la organización en nuestras localidades de actos taurinos con la necesaria seguridad y el debido respeto al animal.