Más de 3.000 hectáreas quemadas

20/07/2014 - 23:00 Redacción

El noveno aniversario del incendio que segó la vida de once personas, integrantes del retén de Cogolludo y calcinó 12.000 hectáreas en los pinares del Ducado de Medinaceli, se ha vivido en la provincia de la peor forma posible, con cinco incendios declarados entre las jornadas del marcado 17 de julio y el día 18 que dejan más de 3.000 hectáreas quemadas. Tres de ellos, los de Cifuentes, Yunquera y Millana, fueron de poca intensidad y enseguida quedaron controlados, pero otros dos, el de Cogolludo-Arbancón, el más grave por la proximidad de los pinares, y el de Bustares, han causado importantes daños medioambientales afectando al Parque Natural de la Sierra Norte. Ha mantenido en jaque a los vecinos de numerosas localidades, siendo necesaria la evacuación de tres núcleos de población por la proximidad del fuego. Afortunadamente no ha habido que lamentar herido alguno ni daños en los cascos urbanos, por tanto en las casas de nadie. Además, esta vez, desde el primer minuto se ha luchado con la mayor de las virulencias y medios disponibles, coordinándose los diferentes operativos con celeridad, estando también los representantes de las distintas administraciones pendientes de la evolución. Se ha hecho lo que se tenía que hacer y se podía, en particular la movilización de operativos de otras partes de la región, incluso de otras comunidades autónomas. Eso es sinónimo de organización, normalidad y cooperación. El suelo es común a todo el país y por lo tanto cualquier efectivo debe estar listo en todo momento para acudir a donde haga falta. Es normal el mucho nerviosismo por parte de los alcaldes y vecinos de las zonas que han dormido pocas horas durante varias noches, pero no deben sentirse desprotegidos ante este tipo de situaciones. De los errores se aprende y podemos estar orgullosos de la profesionalidad de nuestros agentes medioambientales, de la Unidad Militar de Emergencias y de todos los intervinientes, así como de la colaboración de los ciudadanos. Una lástima ver de nuevo paisajes calcinados. Se rompe el alma.