Vuelta al colegio con nueva ley

11/09/2014 - 23:00 Redacción

Entre la música de las charangas y los bailes de Gigantes y Cabezudos por las calles se produce cada año en Guadalajara el regreso de los más pequeños de la casa al colegio. El calendario es así y no puede retrasarse más, se aplica el mismo a toda la provincia y la región, con independencia de las fiestas locales. Es lo de menos. En una semana con más festivos que lectivos han sido casi 21.000 niños de Infantil y Primaria los que han regresado a las aulas. Para ellos es un espacio donde aprenden divirtiéndose al tiempo que se forman como personas, más allá de los conocimientos teóricos. El profesor comparte con los padres en estas tempranas edades la función de educar. Este curso empieza con la principal novedad de la implantación de una nueva ley, la séptima de la democracia, que llega con preocupantes índices de fracaso escolar. Los vaivenes legislativos y la falta de acuerdo entre los partidos políticos y la comunidad educativa han sido una constante en los últimos treinta años que ha servido para alterar, confundir y en buena parte llevar a esos malos resultados que sitúan a nuestro país entre los peores de Europa.
Evidentemente no es ni por falta de calidad del profesorado, con cualificados profesionales, ni por la inferioridad de los alumnos, tan aptos como cualquiera de otro lugar. El sistema fracasa por lo sucesivos cambios y el constante descontento de una parte del profesorado. La crisis de los últimos años ha llevado a reajustes que aunque necesarios tampoco ayudan a una mejoría de la situación. En el plano positivo se debe valorar la progresiva implantación del bilingüismo que lleva hacia esa excelencia educativa que todos deseamos. La educación es un derecho universal y se debe facilitar al máximo el acceso a ella en todos sus niveles. Las becas juegan un papel determinante para que todos los que quieren estudiar puedan hacerlo. La formación de las futuras generaciones de personas y profesionales es la garantía de una sociedad igualitaria, justa y con un nivel de bienestar. Invertir en educación es invertir en futuro, un reto que requiere pacto.