La Universidad de Guadalajara

31/03/2015 - 23:00 Redacción

La Residencia/Colegio de Huérfanas María Cristina de nuestra ciudad, hasta ahora propiedad del Ministerio de Defensa, tras la permuta realizada a cambio de otras parcelas titularidad del Ayuntamiento, con financiación de la Junta de Comunidades y el acuerdo con la Universidad de Alcalá que dará uso universitario a los distintos edificios, se convierte en el punto neurálgico de la futura Universidad de Guadalajara. Las cuatro partes implicadas han firmado el protocolo de colaboración en un acto solemne, recogiendo en un documento de nueve páginas todos los detalles de lo que se va a hacer, dinero a invertir y compromiso concreto de cada una de las partes implicadas. Ha sido una negociación larga y compleja en la que todos han cedido y encontrado la motivación para seguir adelante. La beneficiaria del acuerdo final será la ciudad de Guadalajara que tendrá una universidad en su casco urbano con su parte académica, su labor de investigación y la necesaria infraestructura administrativa. La conjunción supondrá profesorado, alumnado que podrá cursar nuevas titulaciones universitarias y personal para su funcionamiento. La vida en el centro se revitalizará con el beneficio para el comercio, la hostelería, el empleo, el sector de la vivienda y el impulso del turismo que supondrá la recuperación de edificios y el encanto ambiental que reporta la universidad. Ejemplos hay muchos en España con el añadido de que será más moderna, funcional y eficiente por ser diseño y construcción del siglo XXI. Todo suena bonito y es motivo para felicitarnos, como dijo Cospedal en la presentación. Pero también es cierto que durante cuatro años se ha avanzado demasiado poco teniendo sintonía política todas las administraciones, circunstancia histórica difícil de repetir y que ha dado poco rédito a la provincia. Es inevitable plantearse muchas interrogantes sobre el avance del proyecto si hay cambios en las administraciones aunque lo firmado vincule, sobre el papel, a los nuevos gobernantes. Optimismo, sí, pero con la cautela y las reticencias del momento propicio para promesas y papeles mojado.