Tolerancia cero con la violencia de género

21/11/2015 - 23:00 Redacción

La fecha del 25 de noviembre nos sirve para recordar la gravedad del problema de la violencia que sufren demasiadas mujeres y muchos hijos en sus propias casas. Aunque existe cada vez más legislación, mayores recursos y una conciencia social más firme y contundente, la lacra de la violencia de género sigue siendo causa de muerte en nuestro país siendo innumerables los casos de agresiones porque todavía son muchos los que no se denuncian bien por confiar en que la relación retorne a un cauce de normalidad, por miedo a que las represalias causen un mal mayor o por evitar disgustos familiares o en el entorno afectivo. Las dudas y los temores de las víctimas son sin duda entendibles e inevitables pero no son la solución a una situación que no es un problema de convivencia sino la comisión de un execrable e injustificable delito. Las mujeres, en la convicción de que cuentan con el respaldo y apoyo de toda la sociedad , en especial con los mecanismos que ponen en marcha administraciones y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, deben superar esas reticencias y exteriorizar el drama en el que se han convertido sus vidas en busca de soluciones al mismo. La ayuda está organizada con casas de acogida, centros de la mujer o atención psicológica y jurídica, entre otras herramientas. Las víctimas solo- y nada menos- tienen que reunir el complicado valor de levantar el teléfono. Confiar el asunto a una persona cercana de confianza que le ayude puede ser un buen primer paso. Lo peor de esta realidad es que siga dándose entre los jóvenes a los que se presume una educación en la igualdad. A la violencia de género solo se la puede vencer desde la concienciación y la unión de todos, así como al resto de vejaciones y agresiones que se dan en la sociedad como, por ejemplo, a los mayores, de los que un 4% reciben maltrato, según un dato dado a conocer esta pasada semana desde el Gobierno regional. Las campañas de recordatorio, como la fecha del 25 de noviembre, son imprescindibles en la lucha contra el terrorismo doméstico que no podemos consentir ni minimizar.