El incendio de Bustares, cerca de ser controlado mientras continúa la lucha contra el de Cogolludo en la carretera de Veguillas a Umbralejo

19/07/2014 - 11:11 Javier Pastrana Margüenda

La mañana de este sábado se ha llevado parte de los terrores de la noche del viernes, pero no todos, ni mucho menos. En el incendio de Cogolludo-Arbancón, el alcalde de esta última localidad, Gonzalo Bravo, con apenas cinco horas de sueño en más de dos días de frenética actividad, anunciaba por la mañana que el frente de su localidad parecía estar controlado. “Ahora mismo están revisando la zona para asegurarse de que no pase lo de ayer”, cuando el fuego se reavivó por la mañana después de haber quedado aparentemente controlado durante la noche. “La temperatura ha bajado, pero es el puñetero viento”. Las columnas de humo aparecían y desaparecían mientras el frente de la lucha se trasladaba a la carretera entre Veguillas y Umbralejo. Así lo confirmaba el alcalde de Zarzuela de Jadraque, Carlos Atienza, tanto los vecinos de su municipio como el de Semillas están en alerta, por si fuera necesario evacuarlos. “No es por el fuego, es sobre todo por el humo”, que puede dificultar hasta el extremo la respiración. “Ahora mismo están intentando pararlo en la carretera”, en la CM-1006. También confirmaban este punto desde la Asociación Profesional de Agentes Medio Ambientales (APAM CLM), donde también señalan que el fuego ha arrasado el término municipal de Monasterio, a excepción de su casco urbano, y ha afectado al pinar de Veguillas, dos víctimas más que sumar a la lista en la que ya estaba la Sierra Gorda. Donde la situación parece estar más controla es el incendio de Bustares. El alcalde, Julio Martínez, apenas había podido descansar dos horas en una noche que calificó como “peliaguda”. En torno a las 03.00 horas de la madrugada, miembros de la UME accedían a una zona activa en la falda del Alto Rey y poco después parecía que la situación empezaba a quedar bajo control. Desde APAM ya lo habían advertido el día anterior. La noche, con la caída de las temperaturas, podía facilitar la extinción, pero era necesario rematar bien la faena durante la mañana para que no se reavivara. Y dando prueba de ellos, Martínez señalaba que desde primera hora varios helicópteros refrescaban ya la zona. Su balance, ya a la luz del día, es menos drástico que de la noche anterior, cuando calculaba unas 2.000 hectáreas arrasadas. “Hemos subido a la sierra para tener una visión de conjunto y, sólo en el término de Bustares, puede haber entre 600 y 800 hectáreas”. A eso habría que sumar los daños que se puedan producir las dos localidades evacuadas, Gascueña de Bornova y Prádena de Atienza. Precisamente en este último era en el que, en torno a las 12.00, se centraba la lucha en este incendio. Desde APAM explican que el fuego, más lento en su avance al descender que al subir, había empezado a bajar por una ladera hacia Prádena. “Esperan controlarlo ahí con los medios aéreos”. Representantes de los retenes de Geacam hacían un balance similar al de los alcaldes y APAM. “Parece que el de Bustares está mejor, pero el de Aleas (Cogolludo) sigue descontrolado”. Conscientes de la importancia que tiene la evolución del viento, recordaban que la obligada rotación de personal ha reducido el número de efectivos con los que cuenta el dispositivo. “Ahora hay retenes que no tienen la misma capacidad (…) Es que tenemos un operativo que sólo está preparado para un primer ataque a un incendio incipiente”, lamentaban. “No puede ser que de cualquier incendio medio grande que se salga de eso tenga que hacerse una causa desesperada”, señalan antes de apuntas que, además de los medios del Ministerio de Agricultura y la Unidad Militar de Emergencias (UME) ha sido necesario movilizar a operativos de otras partes de la región y de otras comunidades autónomas.
Semillas y Zarzuela, listos para ser evacuados si fuera necesario
Otra tarea es la que tienen los municipios que han tenido que acoger a las personas evacuadas. En Arbancón pasaron la noche unas 40 de Fraguas y Monasterio, dos núcleos de la localidad. En Atienza dieron alojamiento a los de Prádena de Atienza y en Hindelaencina Cruz Roja había montado un albergue provisional para atender a los vecinos de Gascueña de Bornova. Dotado con 50 camas, en él pasaron la noche los vecinos desalojados, “entre ellos varios niños y personas de edad avanzada”, informan desde Cruz Roja. El alcalde de Hiendelaencina, Mariano Escribano, aseguró que algunos ya han ido a casas de familiares y amigos en Madrid y Guadalajara, pero todavía atienden a unas 40 personas.