Sonia Atienza, primera mujer botarga de una fiesta con más de 300 años de historia

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: Miriam Pérez
La fiesta del Santo Niño puso ese toque de color a un pueblo negro que vio como la historia de una de sus tradiciones más conocidas, las danzas, incorporaba a una mujer en sus filas por primera vez en 300 años. No faltó de nada, la misa cantada, la procesión, las subastas de brazos y cintas y los bailes. Un ritual conocido dentro y fuera de la provincia y que ostenta el título de Fiesta de Interés Turístico Regional. Sonia Atienza ya forma parte de esta tradición y había que hacer la nueva foto de familia. Aunque quería pasar desapercibida entre las danzas de sus compañeros pero no lo consiguió. La historia ha cambiado gracias a ella.
Algo ha cambiado en la fiesta del Santo Niño de Majaelrayo y no ha sido su esencia, protagonizada por las danzas, sino los actantes. Aquella tradición que se remonta a 1706 y que siempre ha estado vinculada a los varones cuenta con una nueva página en su historia cuyo titular se lo lleva una mujer, Sonia Atienza. Esta joven no pasará a la historia de su pueblo por llevar rastas, por vivir en un pequeño pueblo de la Sierra Norte y trabajar en él, que también podría ser, sino por ser la primera mujer botarga en la historia de la fiesta del Santo Niño.
Trescientos tres años han tenido que pasar para poder contarlo. Y es que como en cualquier pueblo con tradición folclórica, los cargos de danzante o botarga pasan de generación en generación a través de los tiempos. Para que no se perdiera y ante la falta de sucesores, Sonia Atienza no se lo pensó dos veces y se prestó voluntaria. Todo el grupo de danzantes lo vio con buenos ojos y este fin de semana fue su estreno. Ayer tuvo sus primeras carreras delante de los danzantes y su primera almoneda de rosquillas, que llegó a alcanzar los 120 euros. Después vendría el reparto de complemento para las danzas en la plaza y sujetar el palo de las cintas para el baile. Sonia hizo lo que tenía que hacer, de botarga en las fiestas de su pueblo, al lado de su primo Iván Atienza, que ya lleva varios años en el cargo. “Es digno de ver cómo una tradición tan antigua como esta se ha adaptado a los nuevos tiempos. Ahí está Sonia, comprometida con el pueblo, que vive aquí, trabaja aquí y que es botarga. Es un ejemplo de cómo una mujer, con sus rastas, puede implicarse en una tradición tan ancestral como esta. Esta es nuestra Guadalajara”, reconocía orgullosa María Antonia Pérez León. Casualidades de la vida, la fiesta de Majaelrayo quiso reunir ayer a la primera mujer botarga con la primera presidenta de la Diputación en Guadalajara y también primera secretaría provincial del PSOE.

Cumpliendo con la tradición
Pasaban unos minutos de las 13.00 horas cuando Sonia Atienza salía del templo junto a su primo, en las figuras de botargas, para abrir la subasta del pendón y el estandarte de la Hermandad del Santo Niño. Seguidamente comenzó la procesión con el Santo Niño por las calles de la localidad. Tras una danza en la plaza se retornó a la iglesia para subastar los brazos y cintas del patrón y llevarlo al altar. Después le seguiría la subasta de regalos y rosquillas caseras. Y así llegaría el momento más esperado para los visitantes que había llegado hasta Majaelrayo para disfrutar de sus danzas. El saludo, El Domingo, Pena negrito o Marizápalo fueron algunos de los bailes que interpretó el tamborilero y a los que el grupo de danzantes acompañó con su palos, cintas, castañuelas y fajines. Toda una explosión de color y música tradicional en el pueblo negro por antonomasia de Guadalajara. “Es un día grande para Majaelrayo, por la presencia de Sonia y porque honramos al Santo Niño. La gente está muy ilusionada y el día nos ha acompañado. No podemos pedir más”, reconocía el alcalde de la localidad, Severino Moreno. Y así, un año más, con una mujer, se volvió a cumplir con la tradición.